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Crónica:Atenas 2004 | Natación
Crónica
Texto informativo con interpretación

Hito argentino en la pileta

Georgina Bardach da a su país en los 400m estilos una medalla que se le resistía desde hacía 68 años

Había dudas entre los argentinos cuando Georgina Bardach agotó los primeros 100 metros mariposa de la final de 400 estilos. Cierto desánimo les embargó al final de los 100 espalda. Pero cuando dio el giro tras los primeros 50 en braza, un grito surgió ya de la grada que delataba el sentir de toda una nación: "!Venga Georgina, que llegas!". Desde el primer momento luchó con las mejores, buscando una medalla que hacía 68 años que se le resistía a Argentina en natación. Y cuando encaró finalmente el croll ya estaba imparable. "¡Llegas, llegas!", se oía. "¡Síííí".

Georgina no ganó la carrera. El oro fue, como ya todo el mundo sabía, para la ucrania Yana Klochkova que tenía la mejor marca de todos los tiempos y acreditó de nuevo su calidad. Y la plata fue para la estadounidense Kaitlin Sandeno, la única que se le resistió. Pero Bardach entró tras ellas. Eso le bastó. "Ahora voy a hablar con mi entrenador de cómo ha ido la carrera y espero que esté contento", dijo tras colgarse el bronce. Su medalla fue la tercera olímpica en la historia de la natación argentina. Hasta ayer, sólo Alberto Zorrilla en 1928, oro en Amsterdam en 400 libre, y Janette Campbell en 1936, plata en Berlín en los 100 libre, habían subido al podio.

"Cuando vi la pantalla y constaté que había sido tercera, miré rápidamente a mi padre pensando en que no le diera un infarto o se cayera de la grada", comentó con una sonrisa en los labios. Su padre, Jorge, y su madre, María Adela, la siguen a todas partes y no se perdieron la cita más importante de su vida.

La hazaña lograda por Georgina la sitúa a otro nivel. Hacía 36 años que ningún argentino llegaba a una final olímpica de natación y el último en lograrlo, Luis Alberto Nicolao -en México 1968- acabó en el séptimo puesto. Pero hacía tiempo que la notable progresión de Bardach anunciaba que podía llevarla a las medallas. Su último aviso lo dio el año pasado en los Juegos Panamericanos cuando ganó también los 400 estilos, modalidad que comparte con la de 200 metros mariposa.

"Me sorprende hacer los tiempos que hago en mariposa, sabiendo lo mal que coordino las patadas", confiesa. "Si logro mejorar este aspecto puedo avanzar mucho más también en estilos". Tanto ella como su entrenador, Héctor Sosa, saben que atraviesa el mejor momento de su carrera. "Nunca me había sentido tan bien", confiesa esta nadadora de la provincia de Córdoba que el próximo miércoles cumplirá 21 años y que fue inducida a nadar por su padre cuando tenía sólo siete "simplemente para que no se ahogara".

Cuando ahora recuerda aquellos días, Bardach sonríe. "Sí", afirma. "Me costaba. Muchas veces iba a regañadientes y llorando al club Comunicaciones a hacer el curso mandada por mis viejos para que hiciera algo. Pero a la larga me gustó. Comencé a competir, a ganar alguna carrera, y ya no lo dejé". Los resultados comenzaron a llegarle en sus pruebas en piscina corta. Y aunque su nombre seguía casi en el anonimato, cuando esta semana llegó a los JJ OO de Atenas, su pensamiento estaba puesto en una medalla. Ayer la logró. Fue de bronce, pero fue suficiente.

Georgina Bardach celebra su victoria.
Georgina Bardach celebra su victoria.REUTERS
Sandeno, Klochkova y Bardach, de izquierda a derecha, en el podio tras la prueba de los 400 estilos.
Sandeno, Klochkova y Bardach, de izquierda a derecha, en el podio tras la prueba de los 400 estilos.REUTERS

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