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El Clínico crea una unidad de trastornos de la personalidad

El hospital Clínico San Carlos, perteneciente a la Consejería de Sanidad y Consumo de Madrid, ha puesto en marcha la unidad de trastornos de la personalidad, cuyo objetivo es abordar desde todos los puntos de vista profesionales y sociales esta patología. Esta unidad estará dirigida por los doctores Juan José López-Ibor y José Luis Carrasco y estará constituida por un equipo de profesionales, entre los que se incluyen psiquiatras, psicólogos, enfermería especializada y trabajadores sociales de todo el área sanitaria. Según la Comunidad, el objetivo es evitar la dispersión de los recursos y aprovecharlos para ofrecer un seguimiento continuado y coordinado de los pacientes.

Los recursos materiales incluirán las consultas ambulatorias en los centros de salud, el hospital de día psiquiátrico, la unidad de hospitalización breve del Clínico y las unidades de psicoterapia del hospital.

Los trastornos de la personalidad han pasado a constituir uno de los principales problemas clínicos de la psiquiatría en los últimos años por su elevada carga y alarma social. El reconocimiento de estos trastornos se manifiesta por lo general a raíz de problemas de agresividad con el entorno, de conductas adictivas o de intentos de suicidio. Bajo estas conductas subyace un problema persistente de inestabilidad afectiva con fluctuaciones intensas del estado anímico, elevada sensibilidad interpersonal y deficiente control de los impulsos. La prevalencia de esta enfermedad oscila entre el 8% y el 13% en la población general y entre el 20% y el 30% en población con enfermedades médicas en general.

Sin orígenes claros

Los orígenes de estos trastornos no están claros, pero se sabe que hay factores genéticos y psicoeducativos implicados. En la historia de estos pacientes es muy frecuente encontrar familias desestructuradas o rotas y antecedentes de malos tratos o abusos sexuales infantiles. También son frecuentes los antecedentes de alcoholismo y de depresión en los familiares más cercanos. Se han estudiado varios factores biológicos en estos cuadros, entre los que se ha demostrado que una alteración de la regulación de la serotonina (un neurotransmisor cerebral) y de los sistemas de respuesta al estrés pudieran estar especialmente relacionados con la aparición del trastorno. También se investigan causas genéticas y existen datos sobre la implicación de genes relacionados con la dopamina y con la serotonina (dos neurotransmisores cerebrales).

En conjunto, todos estos factores conducen a una estructura de personalidad poco consistente y estructurada que tienen dificultades para adaptarse a las situaciones de alto estrés, dando lugar al trastorno. El tratamiento de estos trastornos es largo y difícil. Los esquemas de la personalidad anómala son difíciles de modificar y la propia inestabilidad personal de los pacientes reduce su capacidad para seguir correctamente los tratamientos.

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