Rogge apela a las normas éticas
El COI abre su 116ª asamblea cerrando filas contra el asedio de la corrupción y el dopaje
La 116ª Sesión del COI, la asamblea que reúne anualmente a todos sus miembros, se abrió anoche en el Palacio de la Música de Atenas. Tras dos días agitados de reuniones de la comisión ejecutiva, en los que la corrupción y el dopaje fueron asuntos estelares y casi monográficos, la familia olímpica trató de cerrar filas contra las manchas que no dejan de salpicarla y tenerla bajo sospecha. Las alabanzas a la organización de los Juegos y una firme defensa de los principios del olimpismo salieron de todas las bocas, empezando por la de Jacques Rogge. Costis Stefanopulos, presidente de Grecia, dio la sorpresa en su intervención, nada diplomática, de criticar a todos los que no han confiado en que el país fuera capaz de llevar adelante los juegos. Pidió, incluso, perdón por el desahogo, aunque no incluyó entre los aludidos al COI.
En su discurso, Rogge recordó la necesidad de hacer respetar de forma estricta las normas éticas. "Sancionaremos a los atletas y los dirigentes que no lo hagan", dijo; "el deporte tiene el deber de dar ejemplo". Sobre la proliferación de los casos de dopaje comentó: "Significa que la lucha está en el buen camino". Y también hizo una críptica referencia a la seguridad. Incluso pidió a sus colegas que "no hagan actividades paralelas que no estén coordinadas o aprobadas por las autoridades".
Después dedicó gran parte de sus palabras a alabar a los organizadores y congratularse por el regreso del olimpismo a sus orígenes. Realmente, las loas comenzaron temprano, con su visita matinal a la Villa Olímpica. "Es fantástica, la mejor de la historia", aseguró. Y esta vez no es una exageración. Entre los deportistas y, sobre todo, los técnicos que tienen larga experiencia casi nadie lo discute. Para los deportistas lo es en la calidad y comodidad de las habitaciones, la queja habitual. Sólo el ucraniano Sergei Bubka, legendario plusmarquista mundial aún de salto con pértiga y miembro ya con proyección en el COI pese a haber entrado hace sólo cinco años, fue diplomático: "Es una de las mejores", comentó.
Rogge, que se llegó a poner una camiseta de las que usan los 50.000 voluntarios, residirá a caballo entre la Villa, como ya hizo en los últimos Juegos de Invierno de Salt Lake City 2002, y el hotel en el que tiene su base la comisión ejecutiva, por si vuelve a desatarse el temporal de los escándalos.
Slavkov y dos beisbolistas
De momento, ha amainado e incluso se han tenido noticias de que Ivan Slavkov, el miembro búlgaro suspendido por corrupción, ha dejado sus cargos de presidente del comité de su país, en el que estaba desde 1987, y de su federación de fútbol, que dirigía desde 1995. En su defensa, parece ser que tiene la intención de querellarse contra la BBC y el programa que le grabó prestándose a ceder su voto para la candidatura de Londres 2012.
La otra mancha que no cesa del dopaje tocó ayer en la mismísima línea de flotación local y se convirtió en más noticia al tratarse de Grecia, país que ha creado en los últimos años un halo de sospecha permanente, sobre todo con atletas como el Guadiana campeón olímpico y europeo de 200 metros, Kostas Kenteris.
Dos jugadores de su equipo de béisbol, nacidos en Estados Unidos y descendientes de emigrantes griegos, dieron positivo y lo anunció a bombo y platillo el comité nacional. Las muestras se tomaron por sorpresa el jueves. A Andrew James Brack se le detectó estanozonol, el viejo esteroide anabolizante que usó el velocista canadiense Ben Johnson en los años ochenta hasta ser descubierto en los Juegos de Seúl 88. Un síntoma de las consecuencias que aún destila desde sus orígenes el descontrolado béisbol estadounidense. El otro caso podría tener alguna disculpa, pues Nterek Nikolson dio positivo con un diurético y él lo usa porque padece hipertensión.
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