Los combates se recrudecen en Irak tras la visita del primer ministro al feudo de los chiíes
El primer ministro de Irak, Ayad Alaui, viajó ayer por sorpresa a la ciudad santa de Nayaf, en la que se registran los más violentos combates entre los insurgentes y las tropas de Estados Unidos, para negociar con el clérigo radical chií Múqtada al Sáder el desarme de sus milicias y el final de los combates. La reunión fue, según un portavoz de Al Sáder, un fracaso: "[Alaui] sólo intenta pescar en aguas revueltas. El Gobierno iraquí actúa con una política de doble rasero". Tras el encuentro, los enfrentamientos continuaron por cuarto día consecutivo. Helicópteros estadounidenses atacaron a los insurgentes en el cementerio de la ciudad, auténtico santuario para los chiíes.
El Gobierno interino iraquí restableció ayer la pena de muerte en Irak para los delitos de asesinato, secuestro y tráfico de drogas.
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