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Reportaje:

La morosidad ahoga a las empresas

Siete de cada diez firmas españolas tienen problemas financieros por retrasos o impagos en sus operaciones

Un millón y medio de empresas españolas, el 68% de todo nuestro tejido empresarial, sufre dificultades financieras, de mayor o menor gravedad, por los problemas de impagos o retrasos en sus operaciones comerciales. Una práctica creciente, más acusada en las ventas a países emergentes, que afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas industriales y con un efecto directo en el crecimiento de las quiebras.

Los datos de Bruselas muestran cómo cada año se producen 150.000 quiebras en Europa occidental, casi la mitad de todo el mundo
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Tan sombrío panorama, que "amenaza la economía nacional y perjudica la productividad y la competitividad de las empresas", es el que refleja un reciente estudio publicado por el grupo francés Coface, uno de los dos líderes mundiales del seguro de crédito a la exportación, y que corrobora el informe anual sobre insolvencias de su principal competidor, Euler Hermes, filial del grupo Allianz. Este último estima en un 6% el aumento de las insolvencias declaradas en España durante 2003, hasta 1.100 empresas, de las que el 41,27% concluyeron en quiebras "a pesar del crecimiento de la economía". Cataluña, Baleares y el País Vasco fueron las comunidades más afectadas y el importe del pasivo de impagados superó los 1.200 millones de euros.

Casos como el de Cambridge English, Inquinosa Internacional, Naval Ferrol, Publiguía 2001, Barcelona Centre de Tecnologies, Eurocable 2000, Somolsa o Pescados Fitemar, figuran entre las mayores suspensiones de pagos registradas en nuestro país en el último ejercicio.

La relación entre morosidad y quiebras empresariales es evidente para ambas aseguradoras. Un aspecto en el que incide especialmente el estudio de Coface al destacar que "el riesgo de insolvencia es tanto más importante cuanto más largos son los plazos de pago usuales en un país. Recuerda también que el 11 de julio de 2003 España fue citada ante el Tribunal Europeo por no aplicar la Directiva 2000/35/CE, que fija en 30 días el plazo de exigibilidad de los pagos, y concluye afirmando que "la consecuencia más directa de este incumplimiento es el 25% de las quiebras de empresas registradas anualmente".

A este respecto, los datos de la Guía de empresas, elaborada por la Comisión Europea, muestran cómo cada año se producen 150.000 quiebras en Europa occidental, prácticamente la mitad de las declaradas en el mundo, mientras que la morosidad exigible en los 15 países miembros de la UE antes de la ampliación alcanza ya los 90.000 millones de euros. Las pérdidas por créditos incobrables llegan a 23.600 millones, con una sobrecarga de 10.800 millones de euros en costes financieros.

Impagos, edad y tamaño

También detecta Coface una relación directa entre los impagos y la edad y el tamaño de la empresa. Los mayores índices de morosidad se dan en empresas de reciente creación, especialmente entre aquellas que tienen entre dos y cinco años de vida, al tiempo que el número de quiebras aumenta de forma muy notable entre las pymes con un volumen de facturación anual entre 15 y 40 millones de euros.

Las ayudas directas o indirectas de las Administraciones públicas a la creación de empresas son el factor que explica la escasa siniestralidad entre las compañías de reciente creación, con menos de un año de existencia, ya que estas subvenciones y beneficios impiden, con frecuencia, las suspensiones de pagos o la quiebra.

Destacable es también el hecho de la mínima siniestralidad que presentan los autónomos con respecto a las sociedades mercantiles. Coface muestra cómo en el caso de España los autónomos, que representan el 64,2% del total de las empresas, sólo son objeto del 1,25% de las quiebras que se declaran anualmente en el país.

Para los autores del estudio, este fenómeno se justifica, en primer lugar, porque las sociedades de reciente creación se benefician del rango de sociedad mercantil, circunstancia que les permite reunir más inversores y propicia que el número de autónomos disminuya. Una segunda razón está en la propia estructura jurídica de las sociedades mercantiles que facilita la declaración de quiebra al separar el patrimonio del empresario del capital de la empresa.

El análisis de los mercados de exportación confirma a los países de Oriente Oróximo y África subsahariana, como los que concentran un mayor riesgo de impagos o morosidad, mientras que en América Latina alertan sobre las dificultades de las empresas en República Dominicana, Bolivia y Venezuela, aunque constatan la mejoría de Brasil, Argentina y México. Para Europa persisten problemas en Rusia, Turquía y Rumania.

Industria, a la cabeza

Los estudios de Coface y Euler Hermes coinciden también en señalar a la industria como la rama de actividad que concentra los mayores índices de siniestralidad empresarial. Las cifras avanzadas por el grupo francés revelan cómo la industria española, que representa menos del 10% de las empresas del país, acapara el 27% de las quiebras, tasa que Euler eleva al 37% para el año 2003. Por contra, las quiebras son "muy bajas" en las actividades de servicios, un sector que aporta el 49% del tejido empresarial español y genera sólo el 28% de las quiebras totales.

Esta tendencia en la industria es similar a la que muestran países como Francia, Italia o Alemania, lo que para Euler es "síntoma de una grave pérdida de competitividad que puede tener efectos duraderos". Al contrario que ocurre en EE UU, donde la siniestralidad empresarial "no refleja ningún problema estructural y no compromete el futuro del país".

A este respecto, el informe de este último grupo detecta ya una desaceleración de las quiebras e insolvencias en el mundo durante el último ejercicio, tras la fuerte aceleración que se produjo en los países industrializados por la crisis económica de 2001 y 2002. Advierte, sin embargo, que esta evolución es desigual y, así, mientras Estados Unidos registra una "clara mejoría económica" y un descenso del 2% de las quiebras, la economía europea "se estanca" y las insolvencias aumentan un 10%.

Varias academias de idiomas han protagonizado algunas de las mayores quiebras en España.
Varias academias de idiomas han protagonizado algunas de las mayores quiebras en España.EFE

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