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Las obras en las líneas 2 y 3 de metro continúan por la noche para cumplir los plazos

Las actuaciones desde el exterior se suspenden a partir de las 19.00 para evitar ruidos

Taladradoras, máquinas de inyección, carretillas..., todo cobra vida bajo tierra por la noche mientras los miles de madrileños que siguen en la ciudad en agosto tratan de sobrellevar las altas temperaturas. Las obras en las líneas 2 y 3 de metro no entienden de día o de noche. Hacia mediados de septiembre deben estar finalizadas para restituir el servicio de trenes con normalidad. Después del verano, el túnel de la línea 2 será más seguro: sin goteras y con una nueva cubierta. En la línea 3 estará todo listo para continuar las obras de ampliación de las estaciones sin causar peligro para los viajeros.

El trabajo de consolidación y refuerzo del túnel de la línea 2 entre Cuatro Caminos y Santo Domingo no se interrumpe por las noches. Tampoco el de ampliación y modernización de las instalaciones de la línea 3, la que comunica Legazpi con Moncloa, y que próximamente llegará hasta Villaverde. El ritmo es frenético. Las actuaciones deben estar listas para mediados de septiembre, y todavía queda mucho trabajo por hacer.

Más de una decena de operarios trabajan hacia las nueve de la noche del lunes en las obras de la línea 2 de metro. El andén de esta línea en San Bernardo muestra una estampa inédita para el ciudadano: grandes focos iluminando el túnel, cubiertas de plástico cubriendo las vías, máquinas, taladradoras y goteras. Ni un rastro del tren ni de las catenarias que permiten su desplazamiento. Éstas se encuentran tapadas debajo de canaletas para evitar su deterioro.

"A medida que nos vamos acercando hasta Noviciado se nota más la humedad, son zonas más bajas y coinciden con la parte más antigua de la ciudad", explica José Cruz Peña, el técnico responsable de estas reformas.

Por la noche sólo se hacen labores en el interior del túnel. Ningún trabajo que requiera la presencia de máquinas y operarios en la calle. "El hormigón proyectado, que se lanza desde la superficie a través de tuberías que llegan hasta el interior del túnel, sólo se hace de día", apunta el técnico. Esta medida se toma para evitar trastornos y ruido a los vecinos de las inmediaciones, aunque, según explica Peña, los niveles de contaminación medioambiental no superan a los que provoca el tráfico diario. En total, las paredes del túnel de la línea 2 se cubrirán con dos millones de litros de hormigón.

Con la actuación actual en esta línea se completan las reformas que comenzaron en 2000 entre Ventas y Banco de España; y en 2001 entre Banco de España y Santo Domingo. "Esta actuación era necesaria puesto que se corría riesgo de que se produjera algún accidente", razona el responsable de la obra. La construcción de la línea 2 data de 1925, y las goteras y el estado de las paredes de la bóveda -en la que se aprecian materiales diferentes como ladrillos puestos en sardinel intercambiados con mampostería- se encontraban muy deterioradas.

"Lo particular de esta obra es que el usuario no lo va a notar cuando se reabra el tránsito de trenes", relata Peña. Sin embargo, ya se han realizado tareas de saneo, de inyección (con una taladradora gigante en las zonas de la pared donde había agua acumulada, donde se les aplica un cemento para cubrir los huecos); de drenaje (consistente en poner armaduras de acero y láminas de drenaje en el túnel) y de proyección de hormigón (para recubrir las paredes de las bóvedas).

Fases culminadas

La marcha de las obras va según su responsable a buen ritmo. Ya se han concluido todas las fases desde Cuatro Caminos hasta Canal incluidos. "Ahora molestamos pasados la zona de Canal, pero los ruidos no durarán más de cuatro días, porque a medida que se culminan las fases vamos cerrando estaciones", explica el técnico. Otras vías como la línea 3 requieren, según el experto, operaciones de acondicionamiento del túnel con "carácter de cierta urgencia", pero resultan incompatibles con las de ampliación de los andenes que se están realizando en la línea 3.

Es que la actividad en la línea 3, de 6,5 kilómetros de longitud, en particular en la estación de Callao es también imparable. Pasadas las 22.30, las taladradoras están a pleno rendimiento, el polvo y el humo envuelven el ambiente y los operarios -con mascarillas-, en torno a la veintena, casi tienen que hablar por señas para entenderse. El ruido es ensordecedor.

La línea 3 de metro, empleada por 265.000 usuarios cualquier día laborable, lo que supone una densidad de casi cinco viajeros por metro cuadrado, va a aumentar su capacidad, pero no será hasta la primavera de 2006 cuando las reformas concluyan.

"Para ampliar los 30 metros de andén hay que hacerlo desde la superficie", explica el responsable técnico de la obra, José Antonio Gallego. Desde que se interrumpió el servicio en la línea, el 19 de junio se ha colocado una protección metálica en los túneles, que servirá para permitir posteriormente, una vez que el tráfico de trenes esté de nuevo en funcionamiento, comenzar desde el exterior la construcción de unos muros que permitan la ampliación de los andenes, el próximo verano.

"Todas las obras están en el mismo estado", explica el técnico, quien indica que sólo en Callao se ha levantado el andén para adecuarlo así a la curvatura de la vía. Pero el ciudadano no se percatará de la gigantesca envergadura de esta obra hasta que dentro de tan sólo 15 días, las grúas copen la Gran Vía y se comience la excavación en la calle. Habrá que esperar hasta la primavera de 2005 para que se restituya el suelo de Gran Vía debido a estas obras.

Accesos para todos

La remodelación en la línea 3 afecta a todas las estaciones comprendidas entre la de Argüelles y Delicias, mientras que la de Moncloa quedará integrada en el intercambiador de autobuses, y la de Legazpi en la ampliación de la línea que se realizará hacia Villaverde.

En total se instalarán 30 elevadores en toda la línea para que así quede adaptada a las personas con movilidad reducida. "Estamos rebajando el nivel en las entradas de acceso a los andenes", explica el responsable técnico de la obra, José Antonio Gallego, en la estación de Callao.

Las obras marchan a buen ritmo, asegura Gallego, que especifica que en Callao se ha procedido a demoler un andén para poder adecuar la curvatura de la vía y hacerla más horizontal. "Sólo en esta estación [Callao] se está construyendo el andén, de modo que nos permita medir los plazos, y ver si es factible de ejecutar en un verano", explica el experto. Esta forma más horizontal de la vía proporciona una mayor estabilidad al tren, puesto que se desplaza por una vía más recta y con menos irregularidades. Para favorecer el desplazamiento y evitar los desniveles, en la estación de Lavapiés se va a proceder a flexibilizar la vía.

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