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El Santander estudia cotizar en Londres por la compra de Abbey

Botín lo descartó hace 10 días, en la presentación de la OPA

El Santander estudia salir a cotizar a la Bolsa de Londres para convencer así a los pequeños accionistas de Abbey que tienen dudas sobre la oferta del banco español, ya que es una entidad desconocida para el gran público británico, según fuentes bancarias. El presidente del Santander, Emilio Botín, descartó este movimiento hace 10 días, por lo que parece que sus ejecutivos han convencido al consejo de la necesidad de variar su posición.

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El Santander, que ya cotiza en los mercados de Nueva York y Madrid, nunca ha dejado muy claro el porqué de sus reticencias a volver a Londres, donde ya cotizó años atrás. Emilio Botín descartó esa posibilidad hace 10 días, cuando presentó en Londres el acuerdo alcanzado con el Consejo de Abbey para comprar este banco, el sexto en activos del mercado británico.

El banco no lo consideraba necesario hasta ahora, pero las reticencias de algunos medios británicos y muchos accionistas de Abbey a una operación que se sustancia en un intercambio de acciones ha hecho cambiar de planes a la entidad. El estrecho sistema de control al que son sometidas las empresas que cotizan en la City podría ser uno de los motivos de las reticencias de Botín, acostumbrado a imponer su fuerte personalidad en el banco, donde cuatro miembros de la familia son consejeros, pese a que entre todos ellos apenas controlan el 3% del capital.

Confianza del gran público

Ahora el Santander "está estudiando la posibilidad de cotizar en Londres si los accionistas ingleses así lo quieren", señalaron ayer fuentes bancarias. El banco cántabro está decidido a hacer todo lo necesario para ganarse la confianza del gran público. Desde el principio se comprometió a pagar los dividendos en libras, a hacerlo por trimestres y a canjear por líquido las acciones del Santander a aquellos accionistas del Abbey que no quieran mantenerlas. A esas facilidades añadiría la visibilidad de cotizar en la City.

El Santander no quiso ayer hacer comentarios sobre la cuestión y ni lo confirmó ni lo desmintió. Cualquier declaración oficial durante el proceso de compra debería dar lugar a una comunición oficial a las autoridades británicas.

Un grupo de expertos independientes está estudiando la compra del Abbey con gran detalle, como quedó patente el pasado lunes, cuando el Halifax Bank of Scotland (HBOS) se vio obligado a hacer público que está estudiando la posibilidad de lanzar una contraoferta por Abbey. Si lo hubiera negado, habría quedado excluido de cualquier puja durante seis meses.

Según las mismas fuentes, el banco español tiene una gran confianza en que no habrá una contraoferta procedente de un banco británico porque sería neutralizada por las autoridades de la competencia. Las fuentes observan que HBOS difícilmente podría comprar Abbey porque entre ambos bancos controlarían casi el 40% del mercado de créditos hipotecarios. En todo caso, cualquier oferta de un banco británico provocaría la intervención de las autoridades, lo que podría dilatar durante meses las negociaciones.

Oferta británica

En ese contexto parece difícil que el consejo de Abbey dé su respaldo a una oferta británica, salvo si ésta representa una extraordinaria mejora en el precio que se ha comprometido a pagar el Santander. También los sindicatos podrían poner trabas a una operación que podría suponer la supresión de 10.000 empleos y el cierre de un gran número de oficinas. Pero ése sería precisamente el mayor acicate para los accionistas: una operación con enormes sinergias.

El problema para el banco español es que si uno británico puja por el Abbey sería la señal de partida para abrir una subasta generalizada, porque, aunque los grandes bancos pueden aceptar la entrada del Santander, en Abbey difícilmente podrían tolerar que cayera en la órbita de uno de sus competidores.

Pero lo que está por ver es si el paso dado por el Santander no puede aún recibir una zancadilla desde el exterior. El estadounidense Citigroup, el ABN Amro holandés o el BNP francés son citados a menudo por la prensa británica, y no tendrían las trabas a las competencias atribuidas a una oferta británica.

Botín (izquierda) y el consejero delegado de Abbey, Luqman Arnold, en Londres la semana pasada.
Botín (izquierda) y el consejero delegado de Abbey, Luqman Arnold, en Londres la semana pasada.EFE

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