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"No me creen buen cristiano"

Manuel Ortiz, vetado como hermano mayor por estar divorciado

"¿Por estar divorciado no me consideran buen cristiano?". Manuel Ortiz habla mientras mira fijamente la carta del vicario general de la Diócesis de Córdoba, Santiago Gómez, que no le ratifica para ejercer el cargo de hermano mayor en la cofradía de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento María Santísima de la Esperanza de San Juan, en Baena (Córdoba). La razón: Manuel Ortiz está divorciado.

Según la misiva que el vicario Gómez remitió al presidente de la Junta Electoral de la Cofradía el pasado 5 de julio, la elección de un divorciado como hermano mayor "contradice objetivamente la ley de Dios". Por ello, la Vicaría argumenta que, según el Catecismo Católico y la Ley Canónica, Manuel Ortiz "no podrá acceder a la comunión eucarística" ni tampoco "ejercer ciertas responsabilidades eclesiales".

Ortiz, funcionario del Ayuntamiento de Baena volvió a casarse por lo civil tras su primer matrimonio religioso. Defiende su postura con vehemencia y soltura, de hecho, lleva días explicando su caso a los medios de comunicación. "Para no ratificarme, el Obispado se basa en la ley eclesiástica, no en los estatutos de mi cofradía. En ningún sitio pone que los divorciados no puedan ser hermanos mayores". Pero esos mismos estatutos sí precisan que la designación debe tener el visto bueno del Obispado. Y éste ha sido implacable.

Medidas legales

Manuel Ortiz cree que la postura de la Iglesia podría ser inconstitucional porque "viola el artículo 14 que dice que los españoles no podrán ser discriminados por sexo, raza, opinión o cualquier otra condición personal o social. Y ahí entro yo". Por el momento, el hermano mayor electo no piensa iniciar querellas judiciales con el Obispado de Córdoba. "Lo que pretendo es hacer una llamada de atención al obispo [Juan José Ajenjo] y explicarle que yo sí cumplo las condiciones para el cargo. Y si no, que obliguen a cambiar todos los estatutos de las cofradías. Que se especifique claramente que los divorciados no serán admitidos".

Las reacciones dentro de la cofradía han sido para Ortiz muy positivas. "Mis compañeros de la hermandad me apoyan completamente. El propio presidente de la Junta Electoral [Manuel Castilla] piensa que el Obispado ha actuado de forma excesivamente rígida".

Según Ortiz, la decisión del Obispado de Córdoba es una señal más de que la Iglesia debe cambiar su funcionamiento interno: "En estos tiempos no es concebible que cosas así sigan ocurriendo". Compara su situación con la de los profesores de religión de las escuelas que han sido despedidos por su misma condición de divorciados. "La Iglesia está mezclando el mundo civil con el religioso".

Para este baenaense, el hecho de que voces críticas como la suya se alcen en el seno del mundo católico es positivo porque "rompen". En su opinión la Iglesia tendrá que ir cambiando: "Hay mucho seglar que hace una vida perfectamente cristiana siendo divorciado".

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