Los bomberos recuperan 365 cadáveres calcinados en el centro comercial de Paraguay
Detenido por homicidio el dueño del local, acusado de haber ordenado cerrar las puertas
A medida que transcurren las horas aumenta el número de muertes causadas por el incendio ocurrido el domingo en uncentro comercial de la capital de Paraguay, Asunción. Los bomberos, que comenzaron a trabajar ayer desde muy temprano, han recuperado 365 cadáveres calcinados entre los escombros, según el primer recuento oficial. En el momento del siniestro, el recinto albergaba entre 400 y 700 personas. Numerosos testigos señalaron que los guardias de seguridad cerraron las puertas. La Fiscalía imputó anoche a siete personas por homicidio doloso.
"Lo que se ocurrió fue una propagación muy rápida del fuego. Una explosión de las garrafas de gas en la panadería que se distribuyó muy rápido a todas las demás secciones a través de la tubería del gas", dijo a este diario el capitán Rafael Valdez, presidente del II Cuerpo de Bomberos del Paraguay. "Muchos murieron por asfixia", señaló Valdez, quien se encargó de supervisar las tareas de rescate. "Teníamos una visibilidad de apenas 40 centímetros y nos encontrábamos con víctimas a nuestro paso".
A juicio de Valdez, la estructura del local, que al carecer casi por completo de ventanas se convirtió en un "horno", y la falta de capacitación en emergencias del personal fueron los principales factores que contribuyeron a la magnitud de la tragedia. "Los guardias tenían instrucciones de cerrar las puertas", confirmó Valdez. "El local es muy grande y nadie supo lo que estaba sucediendo". "Las puertas las abrimos muy rápido. Desde las 11.25 hasta las 17 horas recogimos víctimas vivas. A partir de esa hora sólo recogíamos cadáveres", agregó.
Funcionarios de la empresa suministradora de los extintores del centro comercial confirmaron que los aparatos habían sido revisados la semana pasada, pero la rapidez del suceso y la falta de entrenamiento hizo que ninguno de ellos fuese utilizado. El incendio tomó por sorpresa a la mayoría y mucha gente murió calcinada en sus puestos de trabajo. Algunas de las cajeras todavía se encontraban sentadas. En el estacionamiento, muchas personas estaban calcinadas en sus coches. Para los bomberos, lo más triste fue entrar en la sección de juguetes: allí encontraron los cadáveres de 35 niños.
El ministro de Sanidad paraguayo, Julio César Velázquez, precisó anoche que había 271 personas internadas en distintos centros hospitalarios de Asunción, de las que un 15% permanecían en unidades de cuidados intensivos.
"El centro tenía una buena instalación contra incendios, pero eso sólo significa el 50% de la contención de un siniestro. El otro 50% se hace con la capacitación". Tres de los dueños del centro Ykuá Bolaños, dos de ellos en el lugar del siniestro según algunos testigos, fueron detenidos por la policía, además de cuatro guardias de seguridad. La Fiscalía imputó ayer al propietario, Juan Pío Paiva, a su hijo Daniel, y a los otros cinco detenidos por "homicidio doloso", una pena por la que pueden ser condenados hasta a 25 años de prisión.
Unos diez fiscales se encuentran recabando pruebas y ayer obtuvieron los testimonios de más de 40 personas, quienes confirmaron que las puertas habían sido cerradas con candados. Fuentes de la Fiscalía dijeron que anoche sólo han podido ser identificados y entregados a sus familiares 71 cuerpos.
El humo causado por las explosiones, más los gases venenosos producidos por la quema del material plástico de los techos y de los productos químicos a la venta en el supermercado, hizo que se produjera una gran cantidad de gases tóxicos que se expandieron rápidamente por el humo. Hasta que los bomberos lograron abrir un boquete en el techo, el humo no se dispersó. Sólo entonces los servicios de socorro lograron trabajar con mayor rapidez.
El Gobierno español enviará uno de los equipos de psicólogos que trabajó con los familiares de las víctimas del 11-M, informó el embajador en Asunción, Eduardo de Quesada, a Efe. El diplomático, a la espera de una confirmación oficial, dio casi por seguro que entre las víctimas del incendio no hay españoles.
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