Saltos con red
El campeonato de voley playa recorre arenales de cuatro provincias
La arena está que arde". Bajo este lema la Federación Andaluza de Voleibol recorre estos días diversas provincias costeras para celebrar, hasta el 22 de agosto, el Campeonato de Andalucía de Voley Playa 2004. Torremolinos (Málaga) y Almería ya han celebrado partidos en sus arenales, pero todavía restan Chiclana (Cádiz), Ayamonte (Huelva) y la capital gaditana, donde se disputará la final.
La primera fase contará con 29 parejas masculinas y 16 femeninas procedentes de muchos lugares de España, nombres propios que han marcado hitos en eso de golpear un balón con las manos en la playa y pasarlo al otro lado de la red: Pedro Miralles, Guillermo Hernán, Agustín Correa, Jesús Manuel Ruiz, Sebastián Menegozzo y Cristian García, entre otros.
Sin embargo, más allá del espectáculo y la admiración ante escorzos imposibles y la envidiable preparación física, la Federación Andaluza de Voleibol ha bajado a la arena para "compartir" horas de voleibol con grandes, mayores, niños, padres y madres. Ramón Velázquez de la Cruz, director técnico de la Federación, sintetiza el espíritu perseguido de esta competición que peregrina por las playas: "Queremos hacer el voley playa más asequible a la gente, más cercano. Parece que para practicar este deporte hubiera que tener dos metros de alto por dos de ancho y no es así. Queremos romper con eso y acercarlo a la gente que, hasta la fecha, ha sido reacia porque lo ve inaccesible", explica.
La tarea no es fácil. El voley playa se considera deporte olímpico tan sólo desde hace ocho años, en la cita de Atlanta de 1996. No existen entrenadores ni árbitros para este deporte, lo que hay es un trasvase continuo de jugadores y especialistas que juegan al voleibol y que en verano, en la playa, practican el voley playa. No hay ligas, ni tampoco una federación. "Por eso decimos que todo jugador de voley playa es un jugador de voleibol que va a la playa", sentencia Velázquez.
Esas jornadas de puertas abiertas en las competiciones atraen a jóvenes como Luis Calatrava, Miguel Espinosa, Rafael Lorente y Francisco Miranda, todos de 14 años y aficionados al voleibol. Tanto Luis como Miguel practican el deporte desde los siete años en pista. Sin embargo, no dudan de la mayor dificultad del voley playa. "Jugar en la arena es mucho más difícil. Primero porque te resulta mucho más difícil saltar, no tienes tanto impulso. Y segundo porque resulta más complicado cubrir el campo. No eres tan rápido a la hora de correr", señala Miguel.
Rafael Lorente, que es campeón de España por regiones autónomas, coincide con su compañero y aporta algún matiz respecto a las diferentes reglas que tienen una y otra disciplina: "Aquí el campo tienen que defenderlo dos personas y en la pista hay seis. Aunque yo juego al voleibol reconozco que me gusta más el voley playa". El grupo de amigos suele quedar en la playa, red en ristre, para echar sus partidos en el arenal entre baño y baño. La dilatada experiencia de Ramón Velázquez en esta disciplina le ha llevado a establecer una suerte de norma por la que los mejores jugadores de voley playa suelen ser los más bronceados. "No falla, los mejores están negros como el carbón. Se nota en cada poro de su piel las horas que le han echado en la arena", comenta jocoso.
Más información. Federación Andaluza de Voleibol. 956 87 58 05. correo electrónico: favb@favoley.com
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