"Hacer reír es tan complicado como hacer llorar"
Jorge Calvo (Valladolid, 1968) ha regresado al teatro Principal de San Sebastián para representar el mismo personaje que hace dos años: la víctima potencial de La cena de los idiotas. Él da vida al funcionario escogido por un grupo de amigos para mofarse de su afición a reproducir monumentos con cerillas en la versión de la obra de Francis Veber preparada por Paco Mir.
Pregunta. ¿Cómo lleva protagonizar una obra con casi 1.000 representaciones?
Respuesta. Con mucho gusto. Llegas a los sitios con la peña esperándote y con el teatro lleno, una cosa nada habitual. Aunque ahora el teatro ha salido un poco de su crisis gracias a la comedia, porque es lo que la gente pide, lo que funciona.
P. ¿Resulta fácil superar el original con esta adaptación?
R. La gente dice que se lo pasa mejor con nosotros que con la peli, que es lo que más conoce, o sea que por lo menos lo igualamos. La diferencia está en que la acción de la película transcurre en Francia, el humor es más francés y juega más con los primeros planos, con exteriores. Nuestro montaje está adaptado a España, los personajes son más reconocibles y en el teatro todo está en el mismo espacio. La gente tiene que venir predispuesta al cachondeo, con la idea que va a ver a gente que se putea y se tiene que reír de ello.
P. ¿Es todo mera ficción?
R. Para nada. Sobre todo en París, hay algunos que eligen a un tío del que se puedan reír por algo peculiar, y a por él van.
P. ¿Los actores de comedia tienen que hacer un papel serio para ser reconocidos?
R. Sí, desgraciadamente, toda la vida ha sido así. La gente ve más fácil la comedia.
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