Portugal revive la pesadilla de los incendios sin medios para afrontarlos
Cientos de bomberos luchan contra el fuego a lo largo de todo país
Tras una ola de incendios catastrófica en 2003, las llamas vuelven a arrasar Portugal de norte a sur desde el pasado fin de semana, al tiempo que los medios disponibles para luchar contra el fuego resultan insuficientes. La Agencia para la Prevención de Incendios Forestales ha reconocido que carece de recursos. Por segundo año consecutivo, Lisboa se ha visto obligada a pedir ayuda internacional para controlar el fuego.
El recién nombrado primer ministro portugués, el conservador Pedro Santana Lopes, que lleva poco más de una semana en el poder, reconoció ayer en el Parlamento que "todo está por hacer en esta materia". "Me ha impresionado, en estos primeros días, el trabajo que aún hay que hacer" en el área del combate de incendios, añadió, tras ser presionado por la oposición para referirse al problema. Pero Santana Lopes trató de minimizar el problema, al destacar que Portugal está bajo "condiciones climáticas excepcionales" debido a la ola de calor.
También el secretario de Estado, Luís Pinheiro, reconoció que la muy anunciada Agencia para la Prevención de Incendios Forestales, creada en abril, no tiene condiciones para funcionar, porque no posee recursos humanos ni financieros. El organismo debería elaborar un índice diario de riesgo de incendios en todo el país, coordinar los medios disponibles y definir estrategias de combate. El propio Pinheiro fue nombrado director de la agencia, pero no llegó a dedicarse a ella, porque fue llamado para ser secretario de Estado.
Datos del Gobierno indican que en lo que va de año hay más hectáreas quemadas que en el mismo periodo de 2003. El año pasado, el fuego destruyó unas 420.000 hectáreas, el 5% del territorio. Portugal declaró "zona catastrófica" todo el país y recibió 48,5 millones de euros de ayudas del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea para compensar los daños.
Asociaciones ecologistas y partidos de la oposición denuncian que el Gobierno anunció muchas medidas para prevenir incendios, pero pocas han sido puestas en marcha.
En la tarde de ayer, unos once incendios seguían activos en Portugal y movilizaron a unos setecientos bomberos y varios medios aéreos, entre ellos dos aviones Canadair griegos, uno español y otro italiano. Helicópteros españoles actuaron también en los incendios de la zona de Algarve y de la frontera con Zamora.
El escenario era, sin embargo, bastante más tranquilo que en los días anteriores, debido al descenso súbito de las temperaturas y a un aumento significativo de los niveles de humedad.
El domingo hubo 127 incendios, el lunes, 115 y el martes 107. La mejoría de las condiciones climáticas llevó ayer el Gobierno portugués a renunciar a los medios aéreos ofrecidos por Noruega, Inglaterra y Francia.
Las situaciones más preocupantes se localizaban ayer en Loulé (Algarve), Almodôvar y Mora (Alentejo). La región de Algarve es la que más ha sido castigada por las llamas en los últimos días. En el centro, los incendios consumían zonas forestales en Aveiro, Poiares, Covilhã, Viseu, Meda (Guarda) y Corvelo. En el norte, varios focos seguían ayer activos en la zona de Mirandela, Valpaços y Chaves. Este último incendio comenzó en España y cruzó la prontera a finales de la tarde.
Durante la mañana, un incendio había calcinado unas 40 hectáreas del Parque Nacional Peneda- Gerês y los bomberos dieron por acabado el fuego que entre el domingo y el martes consumió más de 700 hectáreas del Parque Natural de Arrábida.
Por otra parte, el Parlamento aprobó ayer el programa de Gobierno de Santana Lopes, donde se compromete a proseguir con todas las grandes reformas del anterior Ejecutivo de José Manuel Durão Barroso, que abandonó el país para ser presidente de la Comisión Europea. El documento fue aprobado por la mayoría de diputados del liberal Partido Social Demócrata y del Partido Popular.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.