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ARDEN LOS MONTES

Un millar de evacuados y 125 atendidos por el humo

Manuel Planelles

Lo primero que hizo Manuel Rabanán cuando la Guardia Civil le dijo ayer por la mañana que tenía que abandonar su casa fue cambiar de lugar a sus cabras: "Tenían que comer", dijo. Manuel fue uno de los 200 vecinos de El Madroño (Sevilla) desalojado durante las ultimas horas a causa del incendio que arrasa parte de las provincias de Huelva y Sevilla desde el martes. "Es una pena, lástima de pinares...", comentaba este hombre de 62 años que ha vivido siempre en El Madroño. "Nunca he visto un incendio tan grande como este".

En total, han sido 1.160 vecinos los que han debido abandonar sus casas por este incendio forestal, uno de los más graves ocurridos en Andalucía junto con los de Canjáyar (Almería), que arrasó 10.000 hectáreas, y el del Parque Natural de Huétor Santillán, en Granada, que asoló unas 5.000. A primera hora de ayer, unas 125 personas habían sido atendidas por problemas respiratorios, según el 061.

A las 11.30, los agentes de la Guardia Civil advirtieron a los vecinos de El Madroño que iban a ser evacuados. Media hora después, una caravana de coches particulares y un autobús trasladaban a todos los residentes hasta El Castillo de las Guardas, a 15 kilómetros de distancia. "Sólo me ha dado tiempo a coger al perro y al gato", comentaba Ana María López. Esta vecina esperaba volver a su casa por la tarde.

Pero las llamas se reavivaron y los 200 habitantes de El Madroño tuvieron que permanecer en el colegio Peñaluenga de El Castillo de las Guardas. En esta localidad sevillana, a unos 50 kilómetros de la capital andaluza, se instaló uno los dos puntos de recepción de los evacuados. Hasta allí, también fueron trasladados los vecinos de varias aldeas de El Madroño: Villagordo, Juan Gallego, El Álamo y Juan Antón.

Pulmón forestal

La mayoría de los vecinos comentaban el desastre ecológico que va a suponer este siniestro, que ha afectado a lo que los campesinos consideraban un pulmón forestal, junto a la zona de explotaciones a cielo abierto de Minas de Riotinto. "Yo, con 59 años, ya no lo volveré a ver", comentaba uno de los vecinos con lágrimas en los ojos.

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En Huelva, los 400 vecinos desalojados el martes de El Berrocal permanecían en Zalamea la Real, el segundo punto de recepción de evacuados. La Guardia Civil cerró al tráfico la carretera que lleva a El Berrocal -incomunicado durante todo el día de ayer- para evitar que alguna persona quedara atrapada por las llamas, como le ocurrió al matrimonio sevillano que falleció carbonizado el pasado martes en su vehículo. Además, durante todo el día, las líneas telefónicas estuvieron cortadas.

Tanto en El Castillo de las Guardas (Sevilla) como en Zalamea la Real (Huelva) se prepararon dos hospitales de campaña para auxiliar a los afectados.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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