"No nos queremos quedar en la historia, somos gente de futuro"

Fernando Salazar Rodríguez de Mendarozqueta (Vitoria, 1944) es el nuevo director de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (RSBAP), la institución que en 1763 fundó, junto con otros inquietos ilustrados vascos, Xavier María de Munibe e Idiáquez, conde de Peñaflorida. Salazar sustituye a José María Urkia y mantiene la apuesta por la implicación de esta centenaria institución en las cuestiones que preocupan a los vascos de hoy, desde la bioética a la inmigración. "No sólo somos historia", apostilla.

Pregunta. ¿Cuál es el papel hoy de la Bascongada, dos siglos y medio después de su fundación?

Respuesta. Los tiempos han cambiado, lógicamente. Pero nuestra principal finalidad sigue siendo la misma: ser útiles al país. En el mundo de la cultura, de las ciencias y las artes, pero también queremos estar presentes en temas de actualidad, como la bioética, las pensiones, la nueva Unión Europea, la localización de las empresas, la inmigración. Este último nos tiene preocupados sobre todo, ya que atañe a la cultura de este país y a la integración de los que llegan a él.

"Creo que hay una disposición de la ciudadanía por aportar ideas"

"Nuestra principal finalidad sigue siendo la misma: ser útiles al país"

P. Son temas interesantes y de primer orden, sin duda. Pero, ¿cuál es la implicación de la RSBAP en la vida política diaria del País Vasco?

R. El colectivo que integra la Bascongada es heterogéneo, multidisciplinar y con muchas opiniones. Respetamos la libertad de pensamiento y expresión, pero sí es cierto que hay unos valores comunes a todos y que nos merecen una reflexión como la tolerancia o los derechos humanos.

P. La Sociedad ha estado vinculada tradicionalmente a América, ¿cómo se encuentran esas relaciones?

R. Mantenemos una delegación en México, pero se está trabajando para abrir nuevas sedes. Hay personas en distintos países dispuestas a ello. Además, creo que la actual coyuntura mundial y las relaciones del País Vasco con América favorecen esta propuesta.

P. Quizás una de las facetas más olvidadas de la RSBAP sea el fomento de nuevas instituciones.

R. Tal vez no se haya sabido comunicar bien el papel de nuestros miembros en el nacimiento de Euskaltzaindia, Eusko Ikaskuntza, la Sociedad Aranzadi o la recientemente creada Academia Vasca de Derecho.

P. ¿Cuántos socios son y qué requisitos hay que cumplir para ingresar en la Bascongada?

R. Se ingresa como supernumerario, con el respaldo de alguno de los socios. Después, tras presentar un trabajo, se alcanza el grado de numerario. En total, seremos unos 1.200.

P. Llama la atención que la única página web oficial sea la de la sección alavesa, de donde procede el nuevo director.

R. Efectivamente, fuimos los que tuvimos la iniciativa y uno de mis objetivos es crear una página para toda la RSBAP, ya que son muchas las personas de uno y otro lado del Atlántico que nos piden información y documentación a través de Internet. Eso sí, insisto en que no nos queremos quedar en la historia, somos gente de futuro, sin olvidar nuestro pasado glorioso.

P. ¿Y por dónde irá ese futuro?

R. Como ya se está convirtiendo en norma, también nosotros estamos elaborando un plan estratégico. No vamos a olvidar las conferencias y las publicaciones, pero queremos ser un elemento de reflexión y pronunciamientos.

P. Ahora que se habla tanto de lobbys, ¿es la RSBAP un grupo de presión o de influencia?

R. Somos gente que se para a pensar, que dedica tiempo a reflexionar. El presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, nos lo reconoció recientemente: nuestra labor es la de transmitir reflexiones a quienes, por el ajetreo de la vida política, no tienen tiempo para examinar la compleja realidad actual. Recientemente hemos transmitido un estudio de una consultora alemana que analiza la situación política, económica o social de los landers alemanes y que puede ser muy útil al País Vasco. Ahí estamos, ésa es nuestra apuesta, nuestra preocupación. Además, creo que en este momento hay una disposición de la ciudadanía por aportar ideas para el país.