Usuarios de parquímetros ponen multas de otros en sus coches para no pagar
Los controladores de los parquímetros de Madrid -un total de 88.000 plazas de aparcamiento de pago con distintas tarifas para residentes y visitantes- han descubierto en las últimas semanas un modo de picaresca desarrollado por los madrileños para evitar las denuncias que ellos imponen a los conductores que no abonan la correspondiente tarifa por ocupar una plaza.
La práctica observada por el personal del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), según han denunciado fuentes sindicales, consiste en lo siguiente: el pícaro conductor aparca su coche sin pagar el correspondiente tique; después se da una vuelta por la zona en busca de algún vehículo que ya haya sido multado, coge el papel de la denuncia y lo coloca en el limpiaparabrisas de su propio coche.
De esta forma el conductor pretende despistar al vigilante que en ese momento esté haciendo la ruta de trabajo y que, al ver una multa en el cristal del vehículo, pasa de largo pensando que ya ha sido sancionado por un compañero.
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