_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El verbo se hizo trampa

Las dos malas acciones lingüísticas del día se refieren a Palestina. Una es insistir en la maldad absoluta de Arafat: terrorista, corrupto, envejecido, nepotista. La otra es el reinado en Europa del antisemitismo. Oponerse al muro como lo ha hecho la Unión Europea y como va a hacerlo la ONU, contra el voto de Estados Unidos, es "antisemita", lo cual es un insulto y una ofensa a cualquier pensamiento libre. Se abre el periódico, y llegan a parecer palabras sinónimas, y no lo son: el sionismo fue un movimiento de regreso del "pueblo elegido" a la "tierra prometida", términos religiosos inadmisibles, que se referían al regreso de los judíos a Palestina, abandonando Europa donde habían sido asesinados y maltratados. La reina Isabel la Católica y Carlos o Felipe, les expulsaron, les torturaron y les quemaron; Hitler fue un continuador gigantesco de eso y de los pogromos eslavos y centroeuropeos: lo atizaron los gobiernos europeos que necesitaban un arma de combate contra los árabes del petróleo; luego por Estados Unidos que desalojaban imperios europeos para la nueva colonización. La cual tuvo una curiosa palabra en la asamblea del Tercer Mundo: neocolim. Neocolonialismo-imperialismo: no prosperó como vocablo, y la acción continuó, y se sigue ejerciendo.

Ahora Sharon grita a los judíos de Francia que emigren a Israel: porque Francia es antisemita. Hay pintadas y alguna profanación: algunas son provocadas, y la policía ha demostrado falsa la denuncia de una mujer que dijo haber sido asaltada por musulmanes que la tomaron por judía. La respuesta de Francia ha sido suspender la próxima visita de Sharon a París: le han advertido que "no será bienvenido".

Tampoco hay que confundir el caso de Sharon: los mismos tramposos pueden proponer que sea destituido, o que se le niegue la confianza: lo hace la extrema derecha, que desea el regreso de Netanyahu, que no fue más limpio. Igualar a Arafat con Sharon, confundir los actos del Estado de Israel con los del pueblo judío, y por tanto la oposición al muro como antisemitismo, equilibrar un terrorismo de Estado con armas totales a una intifada con piedras y los actos desesperados de los asesinos suicidas, puede sorprender a cualquiera en su mejor periódico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_