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La exigencia de visado frena en seco la llegada de ecuatorianos

Los rechazados en frontera caen en un año desde 4.950 hasta 23

Entre el 1 de enero de 2002 y el 14 de junio de 2004, la policía rechazó en las fronteras a 30.829 extranjeros que intentaban entrar en España. El 31,2% de ellos (9.649) fueron ecuatorianos. Sin embargo, el número de personas de ese país a las que se ha impedido el paso ha descendido de forma drástica en lo que va de año. La caída coincide con el momento en que comenzó a exigírseles visado.

Los datos figuran en una respuesta parlamentaria escrita remitida al diputado socialista Antonio Hernando por la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración. La estadística muestra un fuerte aumento de los rechazos de extranjeros en frontera entre septiembre de 2002 y agosto de 2003. En los seis primeros meses del año pasado, su número ascendió a 11.570, frente a sólo 6.175 en el mismo periodo del año anterior. La mayoría eran inmigrantes de Ecuador.

La exigencia de visado a los ecuatorianos entró en vigor el 3 de agosto de 2003. La eficacia de la medida ha quedado reflejada en las estadísticas. Desde esa fecha hasta el 31 de diciembre, los rechazados en frontera fueron 3.200. Un número reducido si se lo compara con los rechazados en el mismo período de 2002 (5.523). A lo largo de 2003 fueron rechazados 4.950 ecuatorianos.

Fuentes policiales explican que entre el 1 de septiembre de 2002 y el 31 de agosto de 2003 se produjeron numerosos intentos de entrada de ecuatorianos que al llegar a España declaraban ser turistas y afirmaban que no permanecerían en el país más de tres meses. Transcurrido ese tiempo, se quedaban en el país de forma irregular. Tras someterlos a interrogatorio, los agentes encargados del control fronterizo devolvían a gran parte de ellos a su país. La exigencia de visado redujo su número radicalmente: desde el 1 de enero hasta el 14 de junio de este año las autoridades sólo han denegado la entrada a 23 ecuatorianos.

El caso de los marroquíes

Tras los ecuatorianos, el mayor número de rechazos en los últimos dos años y medio (8.588) corresponde a marroquíes. La mayoría intentaron entrar en el país a través de las fronteras de Ceuta y Melilla, confundidos en el constante trasiego de mercaderes que mueve a 31.000 personas diarias en los pasos de cada una de las ciudades autónomas. A mucha distancia de ellos figuran los bolivianos, con 2.105 rechazados.

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Las cifras de este año arrojan un dato curioso. El mayor número de rechazos (1.006) corresponde a los brasileños. Las autoridades creen que Portugal es su vía natural de entrada en Europa, y que sus intentos por franquear las fronteras españolas obedecen a un endurecimiento de los controles en el país vecino. Su llegada masiva sería, pues, un fenómeno estacional.

La ausencia de ciudadanos del Europa del Este en la estadística se explica porque suelen entrar en España por carretera. Cuando la Guardia Civil los intercepta, son devueltos a Francia, el último país por el que han transitado, en virtud de los llamados "acuerdos de readmisión" vigentes entre Madrid y París.

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