El gasto de los teléfonos móviles superó por primera vez al de los fijos en 2003
Telefónica copa el 81,3% del mercado de la telefonía tradicional, liberalizado en 1998
La dependencia del móvil es cada vez mayor. Por primera vez, en 2003 los usuarios gastaron más en llamar por el teléfono celular (8.811 millones) que por la línea fija de sus hogares (8.254 millones). Y la tendencia es imparable, puesto que mientras que los ingresos de la telefonía móvil crecieron un 18%, los de la fija cayeron un 3%. El reparto del mercado también es muy dispar. En telefonía fija, Telefónica de España conserva el 81% de los ingresos (mercado liberalizado en 1998), mientras que en el móvil se lo reparten Movistar (57%), Vodafone (25,5%) y Amena (17,5%).
El móvil no sólo tiene cada vez más adeptos, sino que, además, sus usuarios cada vez gastan más. La combinación de esos dos elementos ha disparado los ingresos por servicios finales (sin incluir la interconexión ni otros conceptos como la venta de equipos y terminales) de la telefonía móvil que por primera vez en 2003 superó a los obtenidos de la tradicional línea fija. En los últimos tres años, los ingresos del móvil han crecido un 40% frente a la caída de más del 5% de los de la fija, según los datos del informe anual de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, el máximo regulador del sector.
El éxito de la telefonía móvil no tiene resquicios. Pese a que sus tarifas son mucho más elevadas que las del fijo, los más de 37 millones de abonados incrementaron un 24% más los minutos de conversación y remitieron un 17% más de mensajes cortos (11,7 millones de sms)
En el lado opuesto, por primera vez el tráfico por la línea tradicional se redujeron (un 10,6%) respecto al año anterior, y los ingresos medios por línea también cayeron un 3,8% hasta los 464,8 euros.
Tampoco la estructura de ambos mercados tiene nada que ver. El de la telefonía fija sigue siendo liderado abrumadoramente por Telefónica de España, que mantiene el 81,3% de los ingresos, y pierde apenas un 1,7 puntos respecto al año anterior. A mucha distancia, Auna logra el 5,3%, seguido de Uni2 (3,2%) y Ono (2,4%).
El del móvil está mucho más repartido: Telefónica Móviles posee el 52,8% de los clientes y acapara el 57% de los ingresos; Vodafone, el 25,6% y el 25,5%, respectivamente y Amena alcanzó el 21,9% de los clientes y el 17,5% de la facturación total. La filial móvil de Auna es el único operador que ve crecer su cuota por clientes y el que más mejora sus ingresos. Xfera, el cuarto operador, es la única oveja negra del sector. Sigue sin operar y sin ningún indicio de que lo vaya a hacer a corto plazo. El presidente de la CMT, Carlos Bustelo, reconoció que la competencia funciona mejor en el móvil, pero resaltó que el 20% que controlan las operadoras alternativas significa que "el monopolio histórico de Telefónica se puede dar por roto".
Para Bustelo, en el cable, que ya posee el 11% del mercado, está la esperanza para que siga estrechándose la brecha con Telefónica, aunque aún precisa de un proceso de consolidación. En este sentido, aclaró que aunque "cuanto más grandes y más fuertes" sean los rivales de Telefónica mejor será la competencia, el regulador no puede auspiciar fusiones porque se trata de decisiones soberanas de las empresas.
Sobre la fusión más esperada, la de Auna y Ono, se pronunciaron ayer sus máximos responsables. Tanto el presidente de Auna, Alberto Salazar Simpson, como el de Ono, Eugenio Galdón, descontaron una operación a corto plazo, y apuntaron como el momento más idóneo finales de 2005, cuando se prevé la salida a Bolsa ambos operadores.
El sector de las telecomunicaciones entró en beneficios en 2003 con un resultado neto de 1.550 millones de euros, frente a la pérdida de 4.399 millones de euros registrada el año anterior por las provisiones de Telefónica. Las inversiones alcanzaron los 4.542 millones de euros, un 18% menos que en 2002 y cercana a los niveles de 1998. El sector en su conjunto facturó 34.363 millones de euros, un 8,8% más, y aportó más del 3% del producto interior bruto.
1.455 millones de ayudas a las televisiones públicas
Las televisiones públicas le cuestan cada vez más al contribuyente. El pasado año recibieron 1.455 millones de euros en subvenciones, un 8,4% más que en el año anterior, y ya suponen el 40% de sus ingresos totales. Y eso que la facturación por publicidad también creció el pasado año un 6,3%.
El caso más sintomático fue el de la nueva TV Castilla-La Mancha, que recibió 45,7 millones de las arcas públicas y apenas ingresó 3,9 millones por publicidad. Las subvenciones crecieron en RTVE (+5,2%), Canal 9 (+12,5%), TV-3 (+9,6%) y Canal Sur (+10%). Y cayeron en Telemadrid, ETB y Televisión de Galicia.
El conjunto del mercado audiovisual facturó 4.415 milloens (sin subvenciones), un 11% más. La televisión en abierto acaparó el 51% de los ingresos, aunque la de pago mostró un mayor dinamismo, con un crecimiento del 25% de su facturación, gracias a la fusión de las dos plataformas Vía Digital y Canal Satélite Digital, según subraya el informe de la CMT. El pago por visión alcanzó los 104 millones fundamentalmente por el fútbol.
Aunque el satélite siguió siendo la tecnología dominante en la televisión de pago, el cable logró elevar su participación hasta el 10% de los ingresos, con un aumento del 22% de los clientes.
Bustelo se opone a que la CMT esté en Barcelona
A la CMT no le gustan las mudanzas. Su presidente, Carlos Bustelo, no tuvo ningún reparo en revelar ayer que el posible traslado del máximo organismo regulador no sería recibido con agrado. Y así se lo ha comunicado tanto al ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Montilla, como al secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros.
La idea del traslado de organismos reguladores como la CMT o la Comisión Nacional de Energía partió del presidente de la Generalitat Catalana, Pasqual Maragall, y fue bien recibida por el propio Montilla.
Bustelo advirtió que el traslado de Madrid a Barcelona provocaría una gran número de deserciones de los 150 profesionales y técnicos que "tienen montada su vida familiar" en la capital de España, y que ya han expresado su preocupación por esa posible mudanza. Ante esa tesitura, podrían aprovechar para fichar por empresas privadas que, además, ofrecen mejores sueldos que el organismo público.
Aunque Bustelo añadió que aceptarán cualquier decisión al respecto del Gobierno, precisó que lo lógico es que el Ejecutivo ubique en Barcelona o en otras ciudades importantes alguna institución de nueva creación, para cumplir con su deseo de deslocalizar los organismos reguladores.
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