Zapatero: "Es mejor que el poder lo tengan los que menos lo aman"

"Ya que tiene que haber poder es mejor que lo tengan los que menos lo aman". Con esta frase sorprendente en un gobernante finalizó ayer José Luis Rodríguez Zapatero su intervención en una conferencia, organizada por la Universidad Autónoma de Madrid, que el presidente del Gobierno convirtió en un reconocimiento ideológico a Philip Pettit, el teórico del republicanismo cívico, que precedió en la palabra a Zapatero.

El presidente del Gobierno recordó que hace cuatro años, la dirección del PSOE que ganó el 35º Congreso no sólo protagonizó una renovación generacional, sino ideológica. Fue una renovación generacional porque ganaron la dirección del PSOE los militantes que crecieron durante la democracia, y fue ideológica porque asumió en la práctica el republicanismo cívico, cuyo teórico más señero es Pettit.

Zapatero reconoció como nueva seña de identidad de la izquierda el republicanismo entendido como profundización de la democracia y control permanente del poder, frente al desinterés de la izquierda por estos temas al estar más ocupada por los proyectos de igualdad. Pero también defendió el republicanismo como "la expresión más radical del liberalismo" frente al liberalismo tradicional, coartada de un liberalismo económico destinado a hacer más poderosos a los poderosos.

Zapatero, cuya intervención en el Círculo de Bellas Artes fue seguida por numerosos estudiantes, cerró su intervención con una petición a que el poder sea controlado permanentemente por los ciudadanos, y reconoció que las señas de identidad de su acción de gobierno, como la igualdad de género o la defensa de la pluralidad de España, están fundamentadas en el republicanismo cívico, al que ayer homenajeó.

Horas antes de esta reunión, Zapatero recibió en La Moncloa al presidente de Castilla-La Mancha. Tras la reunión, José María Barreda (PSOE) aseguró que Zapatero se ha comprometido a estudiar su reivindicación de que "no se haga nunca más ninguna" infraestructura hidráulica para ampliar o mejorar "de manera directa o indirecta" el trasvase Tajo-Segura. Barreda destacó el ambiente "extraordinariamente cordial" en el que se desarrolló el encuentro y el "profundo" entendimiento entre ambos, a la vez que manifestó su gran satisfacción por la "ilimitada curiosidad" de Zapatero sobre Castilla-La Mancha y por su "compromiso claro" para ayudar a la región.

Con fecha de caducidad

Aseguró que el presidente del Gobierno "comprende perfectamente" su reivindicación sobre el trasvase del Tajo e insistió en que su exigencia se hace desde una posición de "solidaridad", siempre que en la cuenca receptora se demuestre que el agua se destina al consumo humano y no a otros usos.

El presidente castellano-manchego subrayó que el trasvase Tajo-Segura "tiene fecha de caducidad y no puede funcionar eternamente" y utilizó el símil de los créditos hipotecarios para señalar que "la hipoteca del trasvase se debe cancelar más pronto que tarde". Consideró que en un momento en que existe una política hidráulica "clara y manifiesta" es "insostenible que aplicando esa filosofía se mire para otro lado cuando se trata del trasvase del Tajo", una infraestructura que, recordó, se inicia en la cabecera del río, con lo que el impacto medioambiental y económico es mayor que el que estaba previsto para el trasvase desde la desembocadura del Ebro.