Aznar y Rajoy insisten en que el PP seguiría en el poder si no fuera por la "desgracia" del 11-M

Sin matices. José María Aznar y Mariano Rajoy remacharon ayer a dúo que el PP "seguiría hoy" en el Gobierno "si no hubiera ocurrido el brutal atentado del 11-M". Aznar calificó la matanza terrorista de Madrid -190 muertos y 1.500 heridos- como "la mayor desgracia de la historia europea en los últimos 50 años". Una "desgracia" que, según enfatizaron ambos, "impidió" que el PP revalidara la mayoría para que Rajoy fuera hoy presidente. Ambos coincidieron en la clausura de los cursos de verano de FAES, la fundación del PP que preside Aznar. Éste se ofreció a Rajoy para "devolver al PP al Gobierno", y el líder popular pidió al ex presidente "ayuda" para que su partido recupere "pronto" el poder.

Aznar, presidente de FAES, la única fundación de análisis político del PP, y Rajoy, vicepresidente, coincidieron ayer en Navacerrada. Al ahora líder popular le tocaba clausurar los cursos que hace dos semanas inauguró, rodeado de cierta polémica, su antecesor y ex presidente del Gobierno. Y ambos, cuatro meses y cuatro días después de las elecciones del 14-M, exhibieron juntos la herida por la que aún sangra el PP: el 11-M les sacó del Gobierno.

Empezó Aznar: "Yo tendría que estar a punto de dar la palabra al presidente del Gobierno de España. Si no es así es sólo porque lo impidió la mayor desgracia de la historia europea en los últimos 50 años".

Continuó Rajoy: "En España se ha producido un cambio en el partido del Gobierno que nadie esperaba. No se ha producido porque el proyecto del PP estuviera agotado o fracasado. Ha sido fruto de unas circunstancias excepcionales que conmocionaron, apenas tres días antes de la votación, a la opinión pública. Y yo estoy convencido de que sin el brutal atentado del 11 de marzo, el PP continuaría gobernando hoy España". Rajoy apostilló que como él "piensa una gran parte de la sociedad española".

En la noche del 14 de marzo, Rajoy arrancó su alocución felicitando al PSOE y a su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, por su victoria electoral. "Los resultados muestran que ha sabido hacerse acreedor de la confianza de una mayoría de españoles y el Partido Popular reconoce y acepta el veredicto de las urnas", afirmó entonces.

Pero en estos meses, a juicio del líder del PP, el Gobierno socialista ha iniciado una "patológica revisión del pasado" en la que "la historia en España empieza a ser impredecible". Rajoy llegó a burlarse: "¡Lo que nos deparará la historia mañana es algo que sabremos dentro de unos días!". Rajoy atribuyó "esta obsesión patológica por remover el pasado" a que el PSOE y el Gobierno "esperaban que el PP hubiera sido estrepitosamente derrotado en las elecciones europeas y hubiera entrado en una etapa de debilidad interna y de desánimo". Opinó que "no ha sido así, y han optado por la liquidación de todo lo anterior".

La comisión del 11-M es el ejemplo más visible de esa percepción de acoso que tienen los populares. Tanto por la sistemática acusación al anterior Gobierno de que mintió, pues se le imputa conocer desde el día 11 que había sido un atentado obra de terroristas islamistas y aferrarse hasta el sábado a la pista de ETA para arañar votos; como por las insinuaciones de que la matanza de 190 personas en Madrid ocurrió por imprevisión política, pues el Ejecutivo del PP desoyó las alertas de los servicios de inteligencia y policiales sobre el riesgo de esos atentados islamistas.

Rajoy dedicó a la comisión de investigación buena parte de su discurso ayer en FAES. Concluyó que, "hasta hoy, sólo una cosa ha quedado clara, y es que el Gobierno de aquel momento dijo la verdad y dijo lo que sabía en cada momento". Inmediatamente, lanzó un enigmático anuncio de futuro: "Espero que, resuelto ese asunto, en los próximos días podamos saber quién faltó a la verdad; quién hizo de una forma sin duda casual que miles de personas coincidieran aquella noche del 13 de marzo ante las sedes del PP; y quién y por qué, inventó que el PP había intentado que aquella noche se suspendieran las elecciones". Aseguró que su partido prestará una "colaboración incondicional" para responder a esas tres cuestiones y también pidió al Gobierno y a su presidente ayuda "para que todo esto se pueda conocer".

En todo caso, Rajoy solicitó al jefe del Ejecutivo que se someta a un debate en el Pleno del Congreso sobre las conclusiones de la comisión parlamentaria. "Sería un debate público que podría servir para dar luz sobre algunos hechos que cada uno interpreta a su manera". Y afirmó para concluir: "Lo pido y tengo la firme convicción de que el señor Zapatero, que quintaesencia el concepto del nuevo talante, lo va a aceptar. Si no fuera así me llevaría una colosal sorpresa".