Marion Jones sí saltará en Atenas
La campeona eliminada en 100m se clasifica en longitud con la segunda marca mundial del año
Marion Jones sonrió. La atleta estadounidense, señalada por el escándalo del dopaje, irá a los Juegos Olímpicos de Atenas encabezando el equipo de salto de longitud, al imponerse con 7,11 metros, segunda mejor marca mundial del año en las pruebas de selección de Sacramento. La victoria es, además, una motivación para Jones de cara a las eliminatorias de los 200 metros lisos que comenzaron ayer. El pasado sábado, la campeona olímpica de los 100 metros perdió el billete hacia la capital griega para competir en la prueba.
Lo único que tenía Jones a su favor para prosperar en la prueba fue el viento que soplaba tras su espalda y algunos aplausos en la grada. La decepción por no haberse clasificado en 100 y la presión que arrastra desde hace meses por su implicación en el caso de los laboratorios BALCO, jugaban en su contra. En las eliminatorias de longitud el lunes tampoco se la vio muy en forma. Sólo fue séptima, con 6,39 metros, de las 12 finalistas.
El jueves por la noche -madrugada en España- las cosas cambiaron radicalmente. Enfundada en una combinación amarilla y negra, Jones solucionó pronto el concurso. En el primer intento saltó 6,80. Y en el segundo se fue hasta los 7,11. Ya lo tenía todo conseguido y sólo en su último intento logró 6,72.
"Estaba un poco más motivada", dijo tras la prueba. La atleta estrella en EE UU pasó de los siete metros y quedó a cinco centímetros de la mejor marca de la temporada de la nueva jamaicana Elva Goulbourne, que tiene 7,16. Marion, que hizo su mejor marca en 1998 con 7,31 consiguió así el billete para defender el bronce olímpico de hace cuatro años en Sydney, donde con su estilo siempre particular y nada ortodoxo, saltó 7,02 metros.
Al menos en longitud respondió con hechos, a las críticas que está recibiendo por su bajo estado de forma. Pero aún penden acusaciones sobre ella.
Su objetivo ahora es clasificarse en 200 metros lisos. Torri Edwards, la última acusada por el consumo de sustancias dopantes, también tenía previsto participar junto a Jones en esta prueba de velocidad. La campeona del mundo de los 100 y los 200 metros comparecerá el lunes ante la Angencia Antidopaje de Estados Unidos para defenderse y conservar la segunda plaza que consiguió el pasado sábado para correr el hectómetro en Atenas. Si Edwards es sancionada, su puesto lo ocupará Gail Devers -cuarta en las pruebas de clasificación-, quien a sus 37 años sueña con conseguir un título olímpico antes de retirarse. Pero si va en 100 vallas, a estas alturas no se descarta que Devers pueda renunciar a su plaza para que Marion Jones corra los 100 metros en los Juegos.
De cualquier forma, la cadena del dopaje no cesa. Al caso de Edwards ya se ha sumado otro. La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) habría añadido a la lista de los atletas dopados a Larry Wade, uno de los grandes especialistas de 110 metros vallas, según el Chicago Tribune. Según el diario estadounidenses, el vallista dio positivo por consumo de esteroides en un control que le realizaron a comienzo de año fuera de la competición. Wade debe someterse al contraanálisis antes de ser acusado formalmente. Por su parte, la mediofondista Regine Jacobs, otra de las atletas estadounidenses acusada de dopaje no ha resistido la presión a sus 41 años ya y anunció su retirada de la competición.
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