La 'otra' campeona mundial de 100 también da positivo
Torri Edwards se hizo con el título en París 2003 tras ser desposeída del mismo por dopaje su compatriota Kelly White
El escándalo que acecha a la élite de atletas estadounidense se agrava. La velocista Torri Edwards, campeona mundial de los 100 metros lisos, dio positivo en un control antidopaje que le realizaron en abril, lo que pone en un serio aprieto al equipo de velocistas que viajará en apenas cuatro semanas hacia los Juegos Olímpicos de Atenas. Edwards se clasificó segunda el pasado sábado en el hectómetro durante las pruebas de selección que se celebran en Sacramento (California), en las que Marion Jones se quedó fuera de Atenas al ser quinta. La plaza de Torri está ahora en el aire.
El Comité Olímpico estadounidense suspiraba el lunes después de ver cómo Marion Jones y Tim Montgomery, dos estrellas supuestamente manchadas por el dopaje, se quedaban fuera del equipo de las barras y estrellas que competirá en los 100 metros lisos en Atenas. Pero la sensación de alivio les ha durado muy poco. Torri Edwars, la número dos de la selección, se ha convertido en la última protagonista del escándalo después de que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) confirmara ayer que cuando participó en las pruebas de Fort-de-France (antillas francesas) estaba dopada. En aquella reunión atlética, Edwards ganó los 100 (11.12s) y los 200 (22.66s).
A Edwards, de 27 años de edad, se le realizó un control el pasado 24 de abril. Según la IAAF, en las muestras tomadas a la atleta se detectó una sustancia estimulante prohibida, conocida como niketamida, un estimulante para el sistema nervioso. La Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) tiene previsto interrogarle el próximo lunes y es muy probable que sea suspendida por dos años, lo que le cerraría la vía a los Juegos Olímpicos.
Edwards, que deberá probar ahora su inocencia ante la USADA para poder ir a Atenas, marcó el sábado el segundo mejor tiempo (11.02s) en las pruebas de selección olímpicas de Sacramento, en las que también obtuvieron billete hacia la capital griega Natacha Colander (10.97s) y Lauryn Williams (11.10s). La velocista parte además como favorita en las pruebas de selección de los 200 metros que se celebrarán a partir de esta noche en Sacramento, en las que también compite Marion Jones. De ser apartada del equipo, su puesto lo ocupará Gail Devers, que con 37 años se clasificó cuarta (11.11s), por delante de la chica de oro Marion Jones (11.14s).
Desde el entorno de la atleta se ha asegurado que tomó glucosa sin saber que contenía esa sustancia ilegal. Pero el caso de Edwards está lleno de coincidencias. El año pasado se hizo con el título mundial de los 100 metros en París después de que a Kelli White le retiraran el oro por consumo de modafinil, un estimulante, tras asumir su fechoría. Y lo mismo le pasó con la prueba de los 200 metros, en la que también fue oro. No quedó ahí la cosa, la rusa Anas Kapachinskaya, quien heredó el título de White en esa prueba, fue suspendida recientemente por dopaje -aunque aún conserva el título-.
El caso de Torri Edwards, sin embargo, no está relacionado con el proceso abierto por la USDA y la Federación de Atletismo estadounidense (USTAF) contra los laboratorios BALCO, y que afecta a una decena de atletas, entre ellos el hombre más rápido del mundo, Tim Montgomery, y su compañera sentimental, la campeona olímpica Marion Jones. Junto a ellos, aparecen Michelle Collins -campeona mundial de los 200 metros en pista cubierta-, los gemelos Alvin y Calvin Harrison -400 metros- y Regina Jacobs -mediofondista-. Chryste Gaines, al igual que las dos estrellas del atletismo, también quedó apeada de las series de los 100 metros celebradas en Sacramento.
Pero Marion Jones todavía tiene posibilidades para entrar en el equipo olímpico en lo que queda de semana. La atleta estadounidense consiguió clasificarse el miércoles para participar en la final de salto de longitud -que se celebró esta madrugada-. Y también aspira a conseguir un billete a Atenas en la prueba de los 200 metros, donde tiene previsto competir con Edwards. Pero el pobre rendimiento físico de Jones y la presión que pesa sobre ella por el caso BALCO no hacen albergar muchas esperanzas.
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