Las razones de un juez

Las altas normas periodísticas de EL PAÍS no se obedecen en el artículo aparecido el 12 de julio (página 2) sobre la opinión consultiva emitida por el Tribunal Internacional de Justicia, donde se indica que el "único juez de los 15... que recogió la opinión israelí fue Thomas Buergental..., de origen esloveno, religión judía...".

Es evidente que su corresponsal no leyó la declaración del juez Buergenthal, en la que señala los motivos que le llevaron a votar en contra de la mayoría. El juez difiere de la posición adopta-da por Israel en varios puntos importantes. Afirma, por ejemplo, que el establecimiento de poblaciones en Cisjordania viola el Convenio de Ginebra y que, por tanto, todo segmento del muro construido para defender a esas poblaciones también está en violación del derecho internacional humanitario.

Su voto disidente se debe principalmente al hecho de que, en su criterio, el Tribunal no contó con la información jurídicamente pertinente para fundamentar muchas de las conclusiones contenidas en la opinión consultiva. Por esa razón aboga por una metodología judicial que daría mayor credibilidad a cualquier pronunciamiento del Tribunal.

Aparte de errores de hecho en el reportaje -el juez Buergenthal nació en Eslovaquia de padres alemanes-, lo chocante es la referencia a su religión. En ninguna parte he leído que se enumere el porcentaje de católicos, musulmanes o jueces de otras religiones que componen el Tribunal.

El Juez Buergenthal ha dedicado gran parte de su vida profesional a la protección de los derechos humanos y a la promoción del derecho internacional. Este cometido se ve claramente reflejado en su declaración. Lástima que su corresponsal no la leyera.