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Reportaje:

El sueño por llegar a ser pájaro

La muestra 'Volare' ofrece en Vitoria un paseo espectacular por la historia de la aviación

El título de la exposición trae nostalgias de aquella famosa canción de Domenico Domugno, porque Volare, la pasión por volar es, sobre todo, un intento de expresar, como el tema de 1958 del cantante italiano, la historia del placer del hombre cuando consiguió imitar a los pájaros. Desde los intentos de Leonardo da Vinci a los viajes a la Luna, la muestra que ayer se inauguró en la sala de la Caja Vital de Vitoria recoge cinco siglos de investigación para conseguir superar la ley de la gravedad. Y cuenta con algunos ingredientes sorprendentes, como un avión real, el Bücker que utilizaron muchos pilotos españoles para su entrenamiento entre los años 30 y 60 del pasado siglo.

El Bücker ha tenido que ubicarse en el piso superior de la sala de exposiciones, ya que ha sido imposible introducir semejante aeronave en un espacio que, por cierto, no es pequeño. Así lo demuestra la presencia de una réplica exacta del Flyer, el avión con el que los hermanos Wright lograron volar en 1903, realizada fielmente por el Club de Aeromodelismo de Pamplona.

Pero también se puede disfrutar de un autogiro, el que inventó Juan de la Cierva, de la cabina de un reactor F-5 o de 21 grandes maquetas comerciales de firmas como Boeing, Mc Donell Douglas o Airbus. Estas últimas, cedidas por la Fundación AENA, están acompañadas de material diverso relacionado con la aviación, entre el que no faltan los uniformes de pilotos y astronautas.

La exposición trata de divulgar más que nada la historia de esa pasión por elevarse del suelo, con un recuerdo a los 150 proyectos que pergeñó Leonardo da Vinci, entre ellos el paracaídas, el antecesor del helicóptero o la hélice. De ahí, a través de audiovisuales y paneles informativos se recorren las experiencias de los principales hitos de la aviación, desde la primera vez que el hombre se elevó en globo, en 1783, hasta las naves espaciales, sin olvidar las grandes hazañas como la de Lindberg, que cruzó por primera vez el Atlántico sin escalas en 1924.

Además, todas las personas que visiten la exposición (que se clausura el 9 de agosto) podrán participar en el sorteo de doce bautismos de vuelo en avioneta del Aero Club Heraclio Alfaro y tres vuelos en globo.

La cabina de un reactor F-5  con todo su instrumental figura dentro de los objetos y maquetas de la exposición.
La cabina de un reactor F-5 con todo su instrumental figura dentro de los objetos y maquetas de la exposición.PRADIP J. PHANSE
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