Una España plurinacional y una Constitución europea dudosa

Por vez primera en su historia, Convergència explicita su proyecto para la España plurinacional, que no plural, a la que dice aspirar. Se trata de un modelo confederal, según aprobó la ponencia política del congreso. "El federalismo, tal como se plantea desde determinados ámbitos, quiere salir de la base de una homogeneización que no existe y que es injusta hacia el pueblo catalán. No hay nada más injusto que tratar como iguales a aquellos que no lo son. El modelo de Estado que propone CDC es el sistema confederal, sin ningún tipo de renuncia futura".

Ésta ha sido una de las novedades del congreso, junto con la creación de la figura de un nuevo tipo de militante: el de la federación de CiU, que no es preciso que esté afiliado a ninguno de los dos partidos coligados. Varias enmiendas proponían la fusión entre CDC y Unió, asunto que suscita los recelos de aliado que teme el abrazo del oso de su socio mayoritario. Las relaciones con Unió provocaron que la ponencia en la que se debatía este asunto, fuera visitada en los momentos cruciales por el secretario general de CDC, con cuya presencia ostensible disuadía de los fervores unitaristas o rupturistas a los delegados más empecinados.

Sin embargo, el tema estrella del congreso convergente ha sido el rechazo mayoritario a la Constitución europea. La dirección salvó la situación en el último momento gracias a una transacción que la obliga a convocar un congreso extraordinario en un plazo máximo de cuatro meses después de firmada la citada Constitución en Roma, el 29 de octubre. De hecho, el congreso de CDC se ha manifestado en contra del citado texto, defendido por el eurodiputado Ignasi Guardans, porque no asimila el catalán a otras lenguas oficiales con igual o menor número de hablantes. La ponencia reclama la mancomunidad entre regiones y que en "ningún caso se impida el posible reconocimiento de los Países Catalanes como región europea".