Los viajes privados duplican los que realiza el transporte público en Barcelona

La media de movimientos de un ciudadano residente en la región de Barcelona es de 2,98 al día, lo que supone un total de 11.204.858 viajes diarios, según se deduce de una encuesta sobre la movilidad en las jornadas laborales realizada conjuntamente por la Autoridad del Transporte Metropolitano, la Entidad Metropolitana del Transporte y el Ayuntamiento de Barcelona. Una conclusión es que en la ciudad de Barcelona el transporte público se impone sobre el privado, mientras que en el conjunto de la región metropolitana ocurre exactamente al revés.

El estudio describe el comportamiento desde una perspectiva territorial, atendiendo a si los movimientos se producen en el interior de Barcelona o entre la ciudad y sus dos coronas, y también desde la perspectiva del modo de transporte usado.

Analizando los datos del estudio se comprende que la preocupación de las autoridades del transporte sea, sobre todo, potenciar el desarrollo del transporte público en las zonas más distantes del núcleo urbano de Barcelona, donde hay una aceptable red de metro (casi inexistente en el exterior), a lo que hay que sumar el transporte de superficie (autobuses y tranvía). En cambio, la primera y segunda corona y los movimientos entre ellas y Barcelona dependen más de la red de autobuses, cuya eficacia queda mermada por los atascos, frecuentes en los accesos de Barcelona, y de la red de Cercanías, que se halla al borde del colapso por el fuerte aumento de la demanda.

Conexiones cruzadas

En este sentido, algunas de las obras del plan director de infraestructuras tienden a paliar la situación y proyectan líneas y conexiones que cruzan las coronas. Así, la demanda de una línea ferroviaria entre Mollet y El Papiol que permitiría una circunvalación en tren de casi toda la primera corona. La línea 9 del metro también cruza diversas poblaciones de esta zona, ya que empieza en Badalona y Santa Coloma, y llegará, cuando esté construida, a El Prat del Llobregat. El proyecto de la línea 12, se haga en su totalidad o sólo en la zona que va de Sant Boi a Castelldefels, busca también potenciar el uso del transporte público fuera del ámbito de Barcelona.

Además, el Gobierno catalán acaricia la idea de poder gestionar Cercanías introduciendo no pocos cambios en el servicio una vez que funcione la línea de alta velocidad y la vía deje de tener que dar tiempos a los trenes regionales y de largo recorrido.

Los desplazamientos en la región se producen, principalmente, dentro de una misma zona. El 76,4% de quienes se mueven no salen del territorio en el que viven y sólo el 23,6% pasa de Barcelona a la primera o la segunda corona o a la inversa.

Casi un tercio de los movimientos (28,9% o, lo que es lo mismo, 3.232.702 desplazamientos) se produce en el interior de la ciudad de Barcelona. Esta cantidad es superada por quienes se desplazan dentro de la segunda corona sin salir de ella, que suman 3.501.875 desplazamientos (31,3%). La movilidad interna de la primera corona (formada por las poblaciones que se hallan situadas en las inmediaciones de Barcelona) se queda casi en la mitad: 16,3%, lo que equivale a 1.827.614 desplazamientos.

Los movimientos entre los tres territorios suman 2.504.779 viajes, de los que la mayor parte son intercambios entre la ciudad de Barcelona y la primera corona (1.165.006), casi el doble de los que se producen entre Barcelona y la segunda corona (858.445) y el triple de los que se registran entre la primera y la segunda corona (481.328). Hay un tercer bloque de escasa significación que son los viajes desde cualquiera de las tres zonas hacia el resto del territorio catalán, que representan sólo el 1,2% y suman 138.204 desplazamientos diarios.

La mayor oferta de transporte público en el núcleo central del territorio se traduce en un mayor uso de este tipo de transporte, de modo que las cifras y los porcentajes de Barcelona son casi un negativo de los que se registran en el territorio analizado. En Barcelona el transporte público supone el 40,5% de los desplazamientos diarios, mientras que los privados quedan en el 23%. Estos porcentajes se invierten en la primera y la segunda corona, y con la distancia y la falta de oferta de transporte privado, aumenta también el uso del coche, frente al transporte público.

El uso del transporte público en la primera corona representa sólo el 12,2% de los desplazamientos realizados, mientras que el del transporte privado se eleva hasta el 40,9%. El resto (46,8%) son movimientos a pie,aspecto en el que la primera corona se coloca en primer lugar, a gran distancia de Barcelona (donde son el 36,3%) y de la segunda corona, donde caen al 28,3%.

En la segunda corona el uso del transporte público es casi testimonial, ya que se queda en el 7,2%, mientras que el transporte privado supone el 64,4%. El resultado de los movimientos internos de las tres zonas es casi el inverso al de la ciudad de Barcelona: el 20,8% son desplazamientos realizados en transporte público y más del doble, el 43% se hacen con vehículos privados. Si a esto se le añaden los movimientos que cruzan de una a otra corona, el porcentaje que cae de forma estrepitosa, como no podía ser de otro modo en función del aumento de la distancias, es el de los desplazamientos a pie, que suponen sólo el 3,5%.