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Reportaje:

'Movida' accionarial en La Seda

La firma catalana se reinventa a sí misma con un plan de negocio para migrar del textil a la química

En pleno ecuador de una ampliación de capital de 27,7 millones de euros, La Seda está a las puertas de una importante movida accionarial, condicionada por una más que posible Oferta Pública de Adquisición (OPA) por parte de dos de sus accionistas, Imatosgil e Inversiones Ibersuizas. La legendaria firma catalana espera culminar su reconversión industrial y dar carpetzo a un errático y tortuoso periodo de 14 años en que La Seda ha estado huérfana de un accionista de referencia y ha protagonizado un sinfin de crisis.

Dos incógnitas planean sobre la amplición de capital de La Seda: la OPA de Imatosgil e Ibersuizas y una posible salida de PC S. XXI

La actual ampliación de capital, cuyo objetivo es financiar un plan de inversiones por valor de unos 20 millones de euros para migrar del sector textil al químico, llega tras intentos de adquisiciones fallidos (como el de la portuguesa Selenis), ampliaciones cubiertas a medias y hasta una OPA hostil lanzada por una enigmática sociedad, PC S. XXI.

A diferencia del poco entusiasmo que despertó en el verano pasado la anterior ampliación de capital -sólo llegó cubrirse el 42% de la primera parte de un montante de 60 millones de euros- esta vez las cosas parecen encauzarse por mejores derroteros. Los administradores de la Seda, encabezados por su director general, José Luis Morlanes, nombrado hace apenas dos meses, se muestran optimistas con el interés que está despertando la operación en el parqué.

El importe de la ampliación de capital, aprobada por el consejo de admnistración de La Seda a primeros de abril, es de 27,7 millones de euros. Al ser parcialmente liberada, 12 millones de euros se cubren con cargo a reservas, por lo que la entrada real de nuevo capital en la compañía será de 15 millones de euros.

Desde que se inició el periodo de suscripción, el de 2 julio, hasta esta semana, el volumen diario de acciones negociadas ha superado más de cinco veces al volumen medio, que ronda las 20.000 títulos. En este periodo se han vendido, además, más de 2,5 millones de derechos preferentes de suscripción, lo que hace suponer a la dirección de La Seda que al finalizar el periodo de suscripción para los actuales accionistas (el próximo 16 de julio), habrán cambiado de manos más de 6 millones de derechos, la mitad de los necesarios para que la ampliación quede cubierta.

La Seda, que preside Rafael Español, se ha garantizado ya la suscripción del 88,6% de la ampliación, gracias al compromiso de sus principales accionistas: el grupo portugués Imatosgil -socio industrial de referencia-, Inversiones Ibersuizas, Fiatc e Invercartera (Caixa Catalunya).

Lejos de asegurar el desarrollo normal de la operación, dicho compromiso pone de relieve el embrollo accionarial existente en La Seda. El compromiso adquirido por Imatosgil para asegurar la ampliación es de 10 millones de euros, lo que significa que si el resto de accionistas no acuden a ella, el grupo portugués sí deberá hacerlo, lo que exigiría en lanzamiento de una OPA por un máximo del 10% del capital por parte de Imatosgil e Ibersuizas.

La razón que explicará la oferta es que ambas firmas podrían alcanzar conjuntamente una participación igual o superior al 25% en La Seda, porcentaje a partir del cual la normativa obliga a presentar una OPA. Imatosgil controla de forma directa un 8,4%, pero a esta participación hay que sumarle las opciones de compra de la portuguesa sobre un 14,96% de las acciones en manos de otros socios (Inversiones Hemisferio, la empresa patrimonial de la familia del editor José Manuel Lara, Trader World Ltd y la propia Ibersuizas). En total, la participación de Imatosgil en La Seda asciende a un 23,4%.

Aunque el presidente de la compañía, Rafael Español, da por hecho el lanzamiento de la OPA -si bien duda de que nadie acuda dado que el precio ofrecido, 1,70 euros, es inferior a la cotización media de la Seda en las últimas fechas, que ronda los 2 euros-, fuentes cercanas al consejo de administración no esperan OPA alguna. Imatosgil está negociando con Hemisferio cancelar su opción de compra sobre las acciones de la patrimonial de la familia Lara. Si alcanzaran un acuerdo antes de que concluya la fase de suscripción de la ampliación de capital, la participación de Imatosgil quedaría diluida en un 4,4%, lo que desactivaría la necesidad de presentar la OPA. De momento, los derechos políticos de los títulos de Hemisferio siguen en manos de Imatosgil.

Salida de PC S. XXI

Las intenciones de PC S. XXI en La Seda (con el 13,68%), que irrumpió en su accionariado en enero de 2003 a través de una polémica OPA, sigue siendo una incógnita. Sin embargo, su cambio de actitud (hasta la fecha, beligerante con los planes de la cúpula directiva de la compañía) y el reciente nombramiento de un consejero en la última junta de accionistas, celebrada el 29 de junio, arrojan algo de luz sobre las especulaciones en el entorno de La Seda sobre un posible acuerdo de compra-venta del paquete accionarial de PC S. XXI a un grupo de empresarios próximos a Español.

El nuevo consejero teóricamente designado por PC S. XXI es el empresario andorrano Francesc Robert Ribes, próximo al banco andorrano Andbanc, controlado por las familias Ribas Reig y Cerqueda.

Apuesta estratégica por los plásticos polimerizados

Desde que en 1991 la compañía fue abandonada por su antiguo proietario, el grupo holandés Akzo, La Seda se reinventa periódicamente a sí misma. Tras una etapa fundacional de vocación textil y capital autóctono, Akzo llegó a la empresa en unos tiempos en que la fibra desbancaba a los buscadores de materia prima a buen precio, en la lejana China. Ahora, La Seda aborda su conversión en empresa química, dedicada básicamente a la fabricación de plásticos polimerizados (PET), utilizadao para envases de agua y refrescos.

Con un plan inversor de 20 millones de euros, La Seda está empeñada en convertirse en el primer productor español de PET y entre los cinco primeros de Europa. La ampliación de capital se destinará a completar las inversiones en Catalana de Polímeros (Barcelona) para ampliar la producción de plásticos polimerizados en 65.0000 toneladas anuales, dejando la capacidad de producción en 180.000 toneladas al año. El grupo también fabrica glicoles y óxido de etileno en IQA (Tarragona) y fibra de poliéster en Inquitex (Guipúzcoa).

La inyección de nuevo capital supone un balón de oxígeno para la compañía barcelonesa, puesto que le permitirá enderezar su marcha sin la necesidad de ahondar en su delicada situación financiera, uno de los talones de Aquiles del grupo, que cerró el ejercicio de 2003 con un endeudamiento a corto plazo de 247,5 millones de euros.

En paralelo, La Seda prevé cerrar en breve un crédito sindicado para reestructurar su pasivo de corto a medio y largo plazo por importe de unos 70 millones de euros.

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