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Indonesia elige a un ex general para frenar la corrupción, según los datos provisionales

Los primeros resultados indican que será necesaria una segunda vuelta contra Megawati

Los primeros datos oficiales de las elecciones presidenciales celebradas ayer en Indonesia apuntan hacia una clara victoria del ex general Susilo Bambang Yudhoyono, aunque parece difícil que pueda superar la barrera del 50% que le convertiría de inmediato en presidente. Megawati Sukarnoputri, la actual jefa del Estado, le sigue a relativa distancia. Si esta tendencia de voto se mantiene, ambos acudirían a una segunda vuelta, que se celebrará en septiembre. Los resultados definitivos pueden retrasarse varios días.

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Anoche, la Comisión General Electoral (KPU) ordenó un segundo recuento de miles de urnas en las que se invalidaron papeletas por una dificultad técnica. La KPU insistió en que esto no supondrá la invalidación de las elecciones.

La jornada electoral del quinto país más poblado del mundo -230 millones de habitantes, de los que el 85% son musulmanes- transcurrió con absoluta tranquilidad y en muchas localidades con un aire festivo. Los indonesios acudieron masivamente a votar en las primeras elecciones presidenciales de su historia. La mayoría confía en que de estos comicios salga un líder capaz de dar seguridad y prosperidad al país.

Después de más de tres décadas de dictadura, los indonesios no están familiarizados con la normativa de voto. Ayer, muchos no abrieron su papeleta, sino que simplemente al ver la cara de su candidato agujerearon la casilla, sin percibir que hacían otro agujero en la parte doblada de la papeleta. A la hora de contar los votos, todas estas papeletas fueron invalidadas. En algunas mesas los votos nulos alcanzaban el 40%, lo que llevó a la KPU a ordenar el nuevo recuento y considerar válidas todas las papeletas en las que "quede clara la intención del votante".

Los colegios permanecieron abiertos entre las siete de la mañana y la una de la tarde locales (entre un confín y otro de Indonesia hay tres horas de diferencia). Finalizada la tarde, la KPU dio los primeros resultados sobre un millón de votos escrutados, de los que Yudhoyono obtenía el 33% y Megawati un 22%. El también general en la reserva Wiranto se hacía con el 22% y a una distancia de nueve puntos porcentuales aparecía el candidato islamista moderado Amien Rais. La victoria de Yudhoyono se perfilaba en lugares tan remotos como Papúa Occidental. Indonesia tiene 17.000 islas, de las que unas 6.000 están habitadas. Aunque anoche no lo había confirmado la KPU, Yudhoyono venció a Wiranto en su propio barrio.

Los crímenes de Timor

Aunque ambos han salido de las filas castrenses, muchos son los que sostienen que las manos de Wiranto están teñidas de sangre y huelen al antiguo régimen, en el que Wiranto -acusado por la ONU de crímenes contra la humanidad por su actuación en Timor Oriental durante la lucha por la independencia de esta antigua colonia portuguesa absorbida por Indonesia- llegó a dirigir la cúpula militar.

Megawati, hija de Sukarno, fundador de Indonesia, pidió el domingo en un breve discurso televisado a la nación que se aceptara el resultado de las votaciones, fuese quien fuese el vencedor. Temiéndose que no sería ella, la frase se le atragantó entre lágrimas imposibles de reprimir. El discurso era grabado y cuentan sus productores que pidió hasta cinco veces que cortaran porque no podía contener el llanto, aunque su jefe de prensa aseguró ayer que todo fue consecuencia de "un resfriado".

Megawati llegó a poder en 2001, tras la destitución por corrupción de su predecesor, Abdurrahman Wahid, y después de que su partido ganase con un 33% de los votos las elecciones de 1999, pero la corrupción, la inestabilidad de estos años de transición y la debilidad de la economía han acabado con su popularidad. Sin embargo, diplomáticos y consultores extranjeros residentes en Yakarta, como James Castle, fundador de CastleAsia, consideran que Megawati ha caído sobre todo víctima de las tremendas expectativas que depositó la población en ella y destacan su labor por la democratización de Indonesia.

Las elecciones presidenciales culminan el proceso democrático iniciado en 1998 con el derrocamiento del régimen de Suharto, que dirigía la nación con puño de hierro desde el golpe de Estado contra Sukarno, en 1965. Las persecuciones y matanzas de comunistas y de la minoría china causaron entonces un baño de sangre en el que murieron entre 200.000 y 500.000 personas.

El general Yudhoyono y su esposa, Kristiani, muestran sus pulgares manchados tras votar en Yakarta.
El general Yudhoyono y su esposa, Kristiani, muestran sus pulgares manchados tras votar en Yakarta.AP

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