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Columna
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¡No, por favor!

Tengo una amiga que adora la prensa y las televisiones locales, porque le dan una idea aprehensible y limitada de la realidad. Efectivamente, los medios de comunicación locales hacen universal lo local y convierten a nuestro pueblo, por pequeño que sea, en el centro del universo. Una de las cosas que más me llamó la atención la primera vez que vine a Almería fue la cantidad de televisiones locales que había en una tierra que no suele generar muchas noticias. Aquí tenemos Canal Sí, Canal Información, Canal 28, Localia Televisión, los espacios locales de Canal Sur y los apartados regionales de RTVE. A esta hipertrofia de la televisión local almeriense es posible que se sume pronto un nuevo canal: la televisión municipal de la ciudad de Almería. El miércoles pasado el Ayuntamiento de Almería aprobó en un pleno extraordinario notificar a la Junta de Andalucía "la intención formal del Ayuntamiento de Almería de asumir la gestión directa" de una televisión digital local.

La idea nos parecería un despropósito si no fuera indecente. Un municipio como Almería, que todavía tiene barrios sin alcantarillado, que luce las calles más sucias de España y que disfruta como puede de uno de los presupuestos culturales más pequeñitos que conozco no puede gastarse los dineros en una televisión innecesaria. Como dijo el PP cuando estaba en la oposición, hay cosas más importantes. Quizás me estoy apresurando. Como ha dicho el portavoz del Grupo Popular, José Luis Aguilar, la decisión de comprarse una tele no supone aprobar presupuesto alguno. Claro, claro. "Sólo hay que votar sí o no", ha dicho con su proverbial clarividencia. Toque o no toque hablar de presupuestos, lo cierto es que el Ayuntamiento acaba de dar el primer paso para que una parte de nuestro precario presupuesto se dedique a algo que no es que sea caro; es que es innecesario. Porque la pregunta que deberían hacerse los políticos encargados de gestionar nuestro dinero es si los almerienses podemos seguir viviendo sin esa televisión.

Para nosotros la respuesta es evidente: si hay algo que no necesita Almería es otra televisión local. No dudo de que el Ayuntamiento esté muy interesado en informar de sus decisiones a los almerienses, pero para eso no se necesita una televisión local. Basta con unos cuantos paneles de información en el centro de la ciudad y en los barrios y con ofrecer periódicamente ruedas de prensa. Ya se encargarán los numerosos canales existentes de cubrirlas con efectividad. La inutilidad de un canal municipal me parece tan evidente que el interés por sacar adelante esta idea tan absurda sólo me lo puedo explicar si hay alguien que saca tajada de todo esto: construcciones, alquileres, compra de equipos, contratación...

No obstante, la decisión plantea algunas incógnitas interesantes. Uno: ¿conseguirá urdir el polifacético concejal y alcalde en funciones, Juan Megino, argumentos para que la televisión local de Almería (TVAL o algo peor, si le dejan a este hombre poner las siglas del nuevo engendro) sea competencia de Urbanismo? Y sobre todo: ¿habrá un espacio de humor dirigido y presentado por Rafael Hernando?

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