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Reportaje:

Ataque a martillazos contra Venecia

La policía busca a un vándalo que destroza estatuas en la ciudad italiana

Enric González

Alguien está destruyendo los monumentos de Venecia. Golpea con un martillo las estatuas religiosas y daña sobre todo las manos. El desconocido ha atacado un capitel del Palacio Ducal, dos figuras de la iglesia del Redentor y un capitel cercano a la iglesia de San Pedro de Castello, que fue catedral hasta 1807. En todos los casos, el valor de las piezas es incalculable.

Aunque los atentados fueron descubiertos a lo largo del lunes y el martes, parece probable que todos los delitos se cometieran el domingo por la noche. "Creo que todos los actos corresponden a una misma mano y a una misma noche de locura", indicó el alcalde, Paolo Costa. En opinión del superintendente municipal de Bienes Históricos y Artísticos, Giorgio Rossini, el culpable tenía que ser alguien de cultura cristiana que dirigía su agresividad contra los símbolos del cristianismo.

Según la policía, el culpable dirige su agresividad contra símbolos del cristianismo

La policía no dispone de momento de muchas pistas. En realidad, sólo cree saber que se trata de un hombre relativamente alto, porque un señor bajito no habría alcanzado con comodidad los puntos donde se registraron los golpes. Eso es todo. El lunes fue detenido, gracias a la denuncia de un grupo de turistas, un hombre de unos 50 años que merodeaba por el centro de la ciudad con herramientas en la mano. El hombre, con signos de desequilibrio mental, fue internado en un hospital. Al cabo de un rato se fugó y está en paradero desconocido. La policía se declaró convencida de que el perturbado no era responsable de las agresiones. Entre otras razones, porque no daba la talla.

El primer atentado, según la policía científica, lo sufrió el llamado Capitel de San Pedro, en el Palacio Ducal de la plaza de San Marcos. El capitel muestra a Dios entregando las tablas de la ley a Moisés, y los martillazos se dirigieron contra los brazos de ambos personajes y contra las tablas. El desconocido se dirigió después a la iglesia del Redentor y golpeó dos estatuas, la de san Francisco y la de san Marcos: resultaron rotas las manos de las figuras.

La tercera agresión fue descubierta el lunes y no se informó de ella hasta ayer. Ocurrió en San Pedro de Castello, catedral de Venecia hasta que, en 1807, el honor fue cedido a la basílica de San Marcos. La pieza dañada fue un capitel del siglo XIV que representa al Niño en brazos de la Virgen, en el momento de entregar las llaves a san Pedro. Los martillazos apuntaron contra las manos del santo y de la Virgen, la llave y la aureola. Los pedazos de piedra fueron recogidos y guardados por la policía.

El responsable de los monumentos venecianos, Giorgio Rossini, dijo tener algunas ideas claras sobre el culpable. "El lunes, cuando me informaron de los primeros destrozos, pensé en un desequilibrado que actuaba en Venecia por la importancia de la ciudad, pensé en un gesto desesperado, como el de quien se arroja desde el campanario de San Marcos. Ahora", siguió Rossini, "sabiendo que actuó contra objetivos más excéntricos, como San Pedro de Castello o el Redentor, me parece que todo responde a un plan, porque los ataques se dirigen contra símbolos de la cristiandad: las tablas de la ley, la mano de quien escribió el Evangelio, las manos estigmatizadas de san Francisco, las llaves de san Pedro y la tiara pontificia". "Se trata de alguien con cultura cristiana y conocimientos de las sagradas escrituras".

El semiólogo Paolo Fabbri, uno de los más prestigiosos de Europa, catedrático de arte en Venecia, ironizó sobre las afirmaciones de Rossini: "Lo cierto es que si uno va por Venecia con un martillo, le resultará más fácil romper símbolos cristianos que ídolos africanos, por una simple cuestión de abundancia", dijo. Y adelantó su propia hipótesis: "Creo que esa persona descarga su ira sobre símbolos turísticos".

Un policía vigila una imagen del siglo XIV destrozada cerca de la iglesia de San Pedro de Castello, en Venecia.
Un policía vigila una imagen del siglo XIV destrozada cerca de la iglesia de San Pedro de Castello, en Venecia.EFE

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