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Trabajadores de Mercedes- Benz renuncian a ganar más para mantener sus empleos

El comité de empresa de la multinacional DaimlerChrisler, fabricante de los coches Mercedes-Benz, está dispuesto a renunciar a una subida salarial del 2,79% a partir de 2006, acordada en el convenio colectivo, a cambio de mantener los actuales puestos de trabajo, según informa el periódico Stuttgarter Nachrichten. La propuesta de los trabajadores, que afecta a unos 100.000 en las fábricas de toda Alemania, supone para la empresa que fabrica los famosos coches con la estrella en el capó un ahorro de 180 millones de euros.

No significa la propuesta del comité de empresa, según dejó claro su presidente Erich Klemm, abrir puertas para toda clase de concesiones. Asegura Klemm que un incremento de la jornada laboral por encima de las actuales 35 horas sólo se aceptará con una contraprestación económica y no gratis, como ha ocurrido hace días con los trabajadores de Siemens. En dos centros de producción de Siemens los trabajadores acordaron trabajar 40 horas semanales sin subida de salario a cambio de que la empresa mantenga 2.000 puestos de trabajo que proyectaba trasladar a Hungría.

Los trabajadores alemanes parecen haberle visto las orejas al lobo. Las empresas se muestran dispuestas a jugar la carta escondida bajo el palabro deslocali-zación: el traslado de las fábricas a los países que acaban de entrar en la Unión Europea. Allí, los salarios caen hasta más de cinco veces por debajo del de los alemanes, los impuestos y seguros sociales son menos opresivos y la legislación sobre medio ambiente es más tolerante. Las empresas amenazan con trasladar allí las fábricas y destruir empleo en Alemania.

Espanto sindical

Para espanto de los dirigentes sindicales los obreros alemanes se muestran cada vez más dispuestos a renuncias salariales y privilegios si con ello consiguen preservar los puestos de trabajo. Los sindicatos temen seriamente que acuerdos como el de Siemens, elevar la jornada a 40 horas semanales sin compensación económica, tengan un efecto dominó que acabe con la actual de 35 horas que tanto costó conseguir.

Un miembro socialdemócrata del Gobierno comentaba en privado estos días que los dirigentes sindicales no parecen conscientes del sentir de las bases donde se extiende el miedo a perder el puesto de trabajo. La situación está muy clara, resumía el ministro: "Los técnicos en ordenadores de India son tan buenos como los alemanes y mucho más baratos".

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