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TRASPASO DE PODER EN IRAK

EE UU quiere más inmunidad para sus tropas y contratistas

El nuevo Gobierno iraquí cree que la medida representa una merma de su soberanía real

Ángeles Espinosa

A partir del jueves todos los extranjeros que deseen viajar a Irak necesitarán un visado. Será uno de los primeros signos de recuperación de la soberanía. Pero quedan otros que pueden quedar aplazados sine die: Estados Unidos desea prolongar la inmunidad y los privilegios de sus soldados y de los contratistas extranjeros que proveen bienes y servicios para sus fuerzas, algo que tanto iraquíes como fuentes diplomáticas extranjeras consideran una merma a la autoridad del nuevo Gobierno.

Desde el jueves, todos los extranjeros que deseen viajar a Irak necesitarán un visado
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A partir del jueves todos los extranjeros que deseen viajar a Irak necesitarán un visado. Será uno de los primeros signos de recuperación de la soberanía. Pero quedan otros que pueden quedar aplazados sine die: Estados Unidos desea prolongar la inmunidad y los privilegios de sus soldados y de los contratistas extranjeros que proveen bienes y servicios para sus fuerzas, algo que tanto iraquíes como fuentes diplomáticas extranjeras consideran una merma a la autoridad del nuevo Gobierno.

Desde que las tropas de Estados Unidos invadieron el país el año pasado, las fronteras han estado abiertas sin restricción. Muchos iraquíes están convencidos de que ésa ha sido la principal causa de la proliferación de grupos terroristas en su país. Para evitar que sus fronteras sigan siendo un coladero, el Ministerio del Interior del Gobierno provisional que tomará las riendas del país este jueves ha anunciado que todos los visitantes deberán a partir de ahora solicitar visados en sus embajadas en el exterior. No se facilitarán en los puestos de entrada.

En un gesto que reconoce el especial cometido de la fuerza multinacional que va a reemplazar formalmente a las fuerzas de la Coalición, los militares estarán exentos del visado. Hay unos 140.000 soldados estadounidenses en Irak y cerca de 25.000 de otros países. Amparados por la resolución 1546 del Consejo de Seguridad de la ONU, van a permanecer indefinidamente en el país tras el traspaso de poder para ayudar a las nuevas autoridades a hacer frente a una insurgencia feroz.

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El nuevo Gobierno iraquí parece haber aceptado también que se extiendan a esas tropas los privilegios de que disfrutaban bajo la Orden 17. Ese decreto, promulgado por el administrador civil norteamericano para Irak, Paul Bremer, el 27 de junio de 2003, establecía "la inmunidad de todo el personal extranjero de la Autoridad Provisional de la Coalición que dirige EE UU frente a los tribunales locales o cualquier forma de arresto o detención salvo por parte de personas que representen a sus respectivos Estados".

Para Washington no es suficiente. Antes de entregar la soberanía ha querido negociar con el futuro Gobierno provisional que se mantenga esa excepción también para los contratistas extranjeros. El asunto se ha convertido en uno de los contenciosos en vísperas del traspaso de soberanía. "La Coalición puede elaborar el decreto sin necesidad de la aprobación iraquí", apunta una fuente de la autoridad ocupante que considera necesaria esa inmunidad "para que la fuerza multinacional y otro personal que la apoya pueda cumplir su misión". No obstante, hasta el último momento trata de encontrar una redacción que sea aceptable para ambas partes y evite un enfrentamiento abierto con los iraquíes.

"Sorprende el interés que está demostrando EE UU en extender la inmunidad de los contratistas cuando los diplomáticos hemos estado trabajando aquí sin la protección de la Convención de Viena de 1961", se quejan varios encargados de negocios. Acreditadas ante la CPA, las embajadas han sido hasta ahora meras oficinas de enlace y su personal ha estado amparado por la misma Orden 17 que protegía a los soldados o los proveedores de servicios extranjeros. "Es sin duda un abuso de autoridad que merma la capacidad soberana del nuevo Gobierno", concluyen las fuentes.

Soldados de EE UU vigilan en Hilla, 100 kilómetros al sur de Bagdad, el lugar del atentado del sábado.
Soldados de EE UU vigilan en Hilla, 100 kilómetros al sur de Bagdad, el lugar del atentado del sábado.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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