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LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M

El Tunecino se reunía con Ahmed Brahim, presunto tesorero de Al Qaeda en España

La Guardia Civil investiga una nueva vía de relaciones y contactos del cerebro del 11-M

José María Irujo

Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, El Tunecino, de 36 años, autor material del 11-M y uno de los siete terroristas suicidas que murieron en la localidad madrileña de Leganés, mantuvo reuniones con Ahmed Brahim, presunto tesorero de Al Qaeda en España, detenido hace dos años en Barcelona por su presunta vinculación con los atentados contra las embajadas de EE UU en Kenia y Tanzania. La Guardia Civil investiga la relación entre ambos.

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"Serhane, islamic friend" (Serhane, amigo islámico) Ahmed Brahim, un argelino de 59 años, grueso y barbudo, tenía en su agenda personal esta anotación cuando fue detenido en Sant Joan Despí, localidad próxima a Barcelona, en un dúplex de una urbanización confortable. En aquel momento, el 13 de abril de 2002, la Guardia Civil ignoraba quién era el "amigo" Serhane, pero tras el 11-M la relación entre el presunto tesorero de Al Qaeda en Europa y el hombre que dirigió el comando de terroristas que realizó los atentados del 11-M adquiere para los investigadores especial relevancia.

Sobre todo después de comprobar que la esposa y la hija de Brahim, Elena y Nora, se alojaban en la casa de Serhane en Madrid, según fuentes de la Guardia Civil, cuando acudían a visitar al argelino en la prisión de Alcalá-Meco, donde permanece preso. La esposa es una finlandesa convertida al islam, que siempre ha defendido la inocencia del argelino.

Un mando de la Guardia Civil, experto en terrorismo islamista, asegura que las relaciones entre la familia de Brahim y El Tunecino fueron más estrechas tras la detención del primero. Ahora intentan determinar cuándo comenzaron y el alcance de esa amistad.

Los contactos entre Serhane y Brahim sitúan al primero en un nivel de la organización Al Qaeda más elevado del que se sospechaba y abren una nueva vía de investigación. Hasta ahora, de El Tunecino se sabía que pertenecía a la célula de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, un sirio de 40 años, detenido en noviembre de 2001 por orden del juez Baltasar Garzón.

Serhane había sido vigilado y filmado por agentes de la policía durante varios años, incluso semanas antes del 11-M, en una investigación sobre presunto blanqueo de capitales por fundamentalistas, pero no se le detuvo porque, a juicio de los investigadores, tenía un perfil "bajo" y no había pruebas en su contra. Tras la detención de Abu Dahdah, Serhane aglutinó varios grupos radicales para perpetrar el 11-M, según asegura la policía.

Fuentes de la Guardia Civil agregan que Serhane es el único de los autores o colaboradores del 11-M que figuraba en su base de datos sobre radicales islamistas. De él sólo tenían la citada referencia. "No sabíamos quién era. Se ataron cabos después del atentado", asegura uno de sus especialistas. Serhane preparaba un doctorado en Económicas en la Universidad Autónoma de Madrid y trabajó como contable de un restaurante en el centro islámico de la ciudad.

Brahim residió durante 15 años en Palma de Mallorca, antes de trasladarse a vivir a Barcelona. Entre los días 9 y 13 de septiembre de 1998, un mes después de los atentados contra las embajadas de EE UU en Kenia y Tanzania, en los que murieron 224 personas y 4.000 resultaron heridas, alojó en su domicilio, un ático en el paseo de Gabriel Roca, a Mamdouh Mahmud Salim, Abu Hajer, presunto cerebro de los ataques terroristas y cofundador del denominado Consejo Consultivo de Al Qaeda. Tres días después, la policía alemana le detuvo en Grüneck y fue extraditado a EE UU, donde permanece preso.

La primera pista sobre Brahim surgió precisamente tras la detención de Abu Hajer, ya que el dirigente de Al Qaeda tenía apuntado su nombre en una agenda. Hasta finales de 1999, Brahim era el administrador único de una sociedad llamada Nora Yatchting, dedicada a la compraventa de embarcaciones deportivas, que liquidó por pérdidas. La fiscalía de Luxemburgo informó de una cuenta a su nombre, bloqueada tras los atentados del 11-S, con tres millones de euros. La Audiencia Nacional también reclamó datos de sus cuentas a EE UU, Noruega, Suecia, Alemania y Arabia Saudí.

Mariano Rajoy, ministro del Interior cuando se detuvo a Brahim, lo relacionó con la financiación de los atentados de Al Qaeda contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania. Los especialistas de la Guardia Civil le atribuyeron el envío a Arabia Saudí de importantes cantidades de dinero y destacaron su pasión por la informática. En su domicilio tenía cinco ordenadores y, según ha declarado su esposa, estaba informatizando la mezquita de Medina. Agentes de la UCE 2, unidad de la Guardia Civil dedicada a combatir el terrorismo islamista, aseguran que su actividad consistía en la creación y gestión de empresas para "mover" dinero de Al Qaeda.

Pero el procesamiento de Brahim dictado hace un año por el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno le acusa de colaboración con banda armada y le hace responsable del desarrollo de un proyecto de adoctrinamiento, reclutamiento y financiación de los musulmanes para Al Qaeda. Según el auto, Brahim alojó en su casa a Mahmud Salim, Hassan Almohad y un tercer miembro de la organización terrorista, "con la finalidad de crear una página web en Internet para divulgar la ideología radical y violenta" y "para adoctrinar y captar a personas musulmanas en todo el mundo".

El juez Moreno asegura que Brahim contactó con el sustituto de Salim, Hamed Ghamas, y con Ibrahim Alí al-Yahya, "detenido en septiembre de 1994 en la provincia de Qassam de Arabia Saudí, por realizar llamamientos a la guerra santa". El magistrado le vincula también con Almajed al Zindani, "un financiero del Yemen relacionado con Al Qaeda", según una comunicación del FBI.

El abogado de Brahim, Miguel Hill Ferrer, anunció el año pasado que demandaría a España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al no haber admitido el Tribunal Constitucional el recurso de amparo que presentó para conseguir la puesta en libertad de su cliente. El letrado mantiene que no se ha demostrado que su cliente pertenezca a Al Qaeda. La decisión del alto tribunal se adoptó por unanimidad. El argelino Brahim y el tunecino Serhane son extremadamente religiosos. Cuando hace dos años Brahim fue conducido a las calabozos de la Guardia Civil y permaneció incomunicado, sus guardianes quedaron impactados por su comportamiento. "Rezaba cinco veces al día y nos preguntaba una y otra vez la dirección de La Meca. Quería estar seguro de cumplir bien con las reglas de su religión", asegura un oficial.

Serhane asistía a los rezos de madrugada en la mezquita de la M-30 de Madrid (la mayor de Europa), daba clases de recitación del Corán y se enfrentó al imán Moneir, un egipcio de talante integrador y moderado, que había criticado los atentados del 11-S en Washington y Nueva York.

Uno de los trenes atacados por terroristas en Atocha el pasado 11-M.
Uno de los trenes atacados por terroristas en Atocha el pasado 11-M.EFE

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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