Los pueblos, los campamentos y las salidas al extranjero

Y ahora, en vacaciones, ¿qué hacemos con los niños?, se preguntan miles de padres cuando llega el verano. Los expertos aconsejan: cualquier actividad es válida, siempre que esté bien planteada. Además, no se deben perder de vista los recursos de que disponen las familias para gastar en actividades para sus hijos.

Se puede sacar mucho provecho, por ejemplo, a unas vacaciones en el pueblo. "Muchos niños se van al pueblo de sus padres y éstos pueden animarles a que hagan allí actividades estupendas y algunas, solos: realizar juegos en las calles, que difícilmente se pueden hacer en una ciudad; tomar contacto con nuevos amigos procedentes de otras zonas, y hacer actividades físicas" relacionadas, por ejemplo, con la naturaleza, dice la catedrática de Psicología Evolutiva de la Educación de la Universidad Complutense, María José Díaz-Aguado.

Otra opción son los campamentos de verano. Allí los niños se encuentran con otros chavales de su edad y con profesionales que están formados para educar en el tiempo libre. Estos monitores les descubren nuevos juegos y nuevas aficiones. Además, en estos campamentos los niños aprenden a desarrollar su autonomía, a organizar su ropa, su independencia. "También son buenos sitios para aquellos chicos que destacan poco en la escuela y que a lo mejor en estos campamentos pueden destacar más", señala Díaz-Aguado.

Acercarse a la vida rural

El Ministerio de Educación convoca anualmente, en colaboración con las comunidades, ayudas para participar en programas educativos complementarios a la enseñanza en las aulas. Uno de ellos es el programa para la recuperación y la utilización educativa de pueblos abandonados. Esta iniciativa consiste en acercar a los chavales de las ciudades a la vida rural.

Otro programa es el de las aulas de naturaleza, en las que los alumnos conviven con niños que tienen necesidades educativas especiales en campamentos.

Algunas familias mandan a sus hijos al extranjero, aunque es más caro. Este verano, unos 140.000 alumnos, en su mayor parte menores de edad, se matricularán en un curso de idiomas fuera de España. Los países preferidos son Reino Unido e Irlanda. Les siguen EE UU y Canadá. Aun así, cada vez más alumnos se animan a estudiar en Australia, Hawai, Nueva Zelanda o Suráfrica. Irlanda e Inglaterra son destinos para las primeras salidas, a partir de los 11 años.