Sergio Prego propone una instalación sobre la experiencia de visitar la propia sala de exposiciones

Los vídeos son la parte del trabajo artístico de Sergio Prego (San Sebastián, 1969) más conocido, especialmente tras participar en las colectivas The Real Royal Trip, presentada el pasado octubre en Nueva York, y Bad Boys, presente en la Bienal de Venecia de 2003. El artista usa las imágenes en movimiento del vídeo para crear instalaciones que se relacionan con el espacio circundante. En la sala Rekalde, en Bilbao, va a presentar un trabajo que girará en torno a la experiencia real de visitar la exposición.

Prego ultima el montaje que presentará en Bilbao (del 15 de julio al 19 de septiembre). Su intervención obligará a construir un sistema de paredes móviles y pretenderá determinar el espacio que ocupa el espectador y reinventar la realidad que le rodea. Además, Prego recreará una coreografía de Trisha Brown de 1972 en la que los bailarines caminaban por las paredes del Whitney Museum. Las imágenes de esta acción se rebotarán en una serie de monitores.

A Prego no le gusta que se le identifique como videoartista "Mi trabajo no tiene que ver con el soporte que utilice", dice . "Lo importante del vídeo es su capacidad para hibridar. Puede acabar siendo una fotografía, un dibujo del proyecto o un vídeo. La obra no está en el medio material en el que se realiza". En ocasiones, el trabajo de Prego ha prescindido de la imagen para crear instalacione exclusivamente sonoras, contradiciendo, reconoce, su teoría sobre la irrelevancia del soporte material. "El trabajo con sonido es una excepción: es difícil crear algo sin imágenes. La relación con la obra de arte sonora no se puede diferir".

Prego asegura que no se siente cómodo en las exposiciones con gran peso institucional, aunque defiende las salas más convencionales para difundir su trabajo, siempre que le dejen la libertad que necesita. "Es tan desproporcional la relación entre la produción de un artista y su rentabilidad económica, que permite que sucedan cosas".