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Alemania recurre a las privatizaciones para equilibrar sus cuentas y avivar la economía

La oposición critica la venta de las acciones del Estado en Correos y Deutsche Telekom

El Gobierno federal alemán tendrá que vender lo que la oposición califica como "las últimas joyas de la familia" -sus acciones en Correos o teléfonos- para equilibrar el presupuesto de 2005 conforme a la Constitución. El proyecto de presupuesto, que aprobó ayer el Gabinete en Berlín, ha desencadenado una avalancha de críticas de expertos en economía y de la oposición democristiana (CDU/CSU). El ministro federal de Hacienda, el socialdemócrata Hans Eichel (SPD), aseguró al presentar el presupuesto que a plazo medio "se coordinan las reformas estructurales necesarias, y se intensifican los impulsos para la consolidación y el crecimiento" de la economía alemana.

La presidenta de la Democracia Cristiana, Angela Merkel (CDU), calificó de "escándalo" los planes del Gobierno de vender las participaciones estatales en Correos y en la Deutsche Telekom. El primer ministro de Baviera, y candidato derrotado en las elecciones generales de septiembre de 2002, el socialcristiano Edmund Stoiber (CSU), afirmó: "La conducta poco seria del Gobierno federal lleva a Alemania más cerca del abismo".

El presupuesto constituye un paradigma de las esperanzas del canciller federal, Gerhard Schröder (SPD), y su Gobierno de coalición con Los Verdes de lograr un cambio en la situación económica de Alemania que les permita evitar el desastre anunciado por augures demoscópicos y que los votantes confirman una y otra vez en las elecciones parciales posteriores a las generales de septiembre de 2002. El ministro Eichel pintó ayer una mejora de la economía con un crecimiento del producto interior bruto (PIB) para 2005 entre el 1,5% y el 2%, pero con la esperanza de que se aproxime hacia el límite superior.

A pesar de esta mejoría que pronostica Eichel para equilibrar el presupuesto de 2005 y cumplir con el precepto constitucional que impone que las inversiones superen al endeudamiento, los expertos de su ministerio han tenido que acudir al último recurso: vender el 20% de las participaciones estatales en la empresa privatizada de telecomunicación Telekom, el 20% de Correos y de los aeropuertos de Francfort y Múnich. Espera el Gobierno conseguir así 15.500 millones de euros que, junto con los 22.000 millones de nuevo endeudamiento y los 194.500 millones de ingresos fiscales, completan los 258.300 millones previstos para el gasto. El Gobierno no sacará sus acciones a Bolsa, sino que las aparcará en el estatal Banco de Crédito para la Reconstrucción que se encargará de ponerlas en venta en el momento más favorable, para no provocar caídas en la cotización y otros efectos no queridos.

Ante lo que se califica de "venta de la plata de la familia", la oposición ha puesto el grito en el cielo. El portavoz económico de la CDU/CSU y subjefe de su grupo parlamentario, Friedrich Merz, calificó de "papel mojado" el proyecto de presupuesto de Eichel y acusó al Gobierno de vender las participaciones estatales que estaban previstas para pagar las jubilaciones de los empleados de Correos que hasta el año 2090 ascienden a 150.000 millones de euros. Sostiene la oposición que, al desprenderse de esa propiedad, el Estado tendrá que afrontar en el futuro el pago de esas jubilaciones con cargo a los presupuestos y, por tanto, a costa de los contribuyentes de las generaciones futuras.

Al mismo tiempo, la oposición y expertos económicos coinciden en criticar de excesivo optimismo los cálculos sobre los que Eichel basa su presupuesto para 2005. Como argumento aportan los críticos que para el actual ejercicio las estimaciones de Eichel han resultado fallidas. Para el otoño, el Gobierno tendrá que presentar un presupuesto complementario para afrontar un incremento de déficit estimado en 10.000 millones de euros. Este déficit no se puede cubrir con el endeudamiento previsto de 29.300 millones y lo elevaría a 40.000 millones de euros que baten todas las marcas anteriores en Alemania.

Schröder y su Gobierno han encendido todas las velas para que mejore la economía. No obstante, Eichel declaraba ayer que la recuperación económica se refleja con retraso en los ingresos fiscales y en la mejoría del mercado laboral. En esos puntos reside la madre del cordero. Los expertos señalan como problema estructural de la economía alemana el paro elevado que obliga a mayores prestaciones sociales con la consiguiente caída de ingresos fiscales.

El canciller alemán, Gerhard Schröder, sujeta una sierra eléctrica durante la visita a una fábrica en Stuttgart.
El canciller alemán, Gerhard Schröder, sujeta una sierra eléctrica durante la visita a una fábrica en Stuttgart.AP

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