Pitts retrata a Abel Ferrara en el único filme que no compite en Cinema Jove
La edad impide a Rafi Pitts (Mashdam, Irán, 1967) concursar en la sección oficial de Cinema Jove con su tercer largometraje. Ya se sabe que el certamen tiene unas normas estrictas en cuanto a la edad de los participantes para sus secciones oficiales, que no puede superar los 35 años. "El festival ya no me considera un director joven, pero yo pienso traer todas mis películas y envejecer con él", dice entre risas el único cineasta que, en las 19 ediciones del certamen, ha sido capaz de ganar dos veces la Lluna de València al mejor largometraje. Cinquième saison en 1997 y Sanam en 2000 fueron las culpables de la romántica relación entre Pitts y Cinema Jove, que se prolonga este año con la presentación de Abel Ferrara: Not Guilty, un trabajo realizado para la serie Cinéma de notre temps promovida por Janine Bazin y André Labarthe. "Yo sugerí a Ferrara porque siento fascinación por la dominación que el cine americano ejerce en el mundo, y me parece muy atractiva su figura, ya que es un cineasta que sobrevive con las mismas dificultades que el resto de directores que no son americanos", dice el realizador iraní, quien cimentó una gran relación con Ferrara desde el momento en el que le propuso filmar la película en formato de cine. "A Abel no le gusta hablar de su cine y quería que de la cinta saliera un retrato del individuo, una representación de la realidad", dice. El resultado es un filme difícilmente clasificable, a caballo entre el documental y la ficción, que destaca por la fuerza de sus imágenes y en el que Ferrara se muestra tal y como es, con su particular forma de trabajar, en un retrato desnudo de una de las personalidades más fascinantes del cine norteamericano. Un director atípico no sólo en los temas de sus películas, sino en una manera de trabajar que explica gráficamente el que hasta ahora ha sabido aproximarse con mayor fidelidad a su carácter: "Al revés que otros cineastas, Ferrara, cuando da la voz de 'acción' no se calla y se limita a mirar por el monitor, sino que sigue dando órdenes porque considera que lo que ocurre detrás de las cámaras es tan importante como lo que sucede en el cuadro".
Es una lástima que, por cuestiones de edad, la película de Pitts no haya sido incluida en la competición del certamen. Sin duda, habría incrementado la calidad de una sección oficial que continúa en su línea de ofrecer cine interesante pero escaso en brillantez. Ayer entró en el concurso el séptimo filme que opta al premio del jurado internacional, el alemán Mitfahrer, de Nicolai Albrecht. Y fue más de lo mismo. Cine con un buen punto de partida, en esta ocasión las peripecias de diversos personajes en tránsito entre diversas ciudades alemanas, pero falto de ritmo, con algunas historias dibujadas con trazos gruesos y otras simplemente convertidas en bocetos. Mitfahrer se une a la larga lista de filmes proyectados en la sección oficial que pecan de inmadurez a pesar de que apuntan un cierto talento por parte de quienes los han creado.
A tres días de la conclusión, las actividades en Cinema Jove se multiplican. Ayer se inauguró el Mercado Internacional del Cortometraje, que cumple este año su undécima edición y que se ha erigido como el segundo encuentro más importante del mundo en su campo. A la vez, el festival comienza a recibir a sus homenajeados, que, en esta edición, han coincidido todos en las fechas postreras de su desarrollo. Anoche llegaron a Valencia Jordi Vilches y Daniel Burman, y esta tarde está prevista la arribada de Catherine Breillat. Sin embargo, la cineasta francesa recibió ayer un homenaje in absentia con la presentación de la única publicación que ha editado Cinema Jove este año. El libro Catherine Breillat. Un cine del rito y la transgresión ofrece una aproximación a la obra de la polémica directora francesa considerándola como una obra integramente artística, para concluir que la lógica de la transgresión que se inscribe en un proceso de búsqueda metafísica. El autor del libro, el periodista francés David Vasse, presentó ayer la obra en compañía de José Luis Rado, director del IVAC, antes de la proyección de la polémica Romance X.
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