_
_
_
_

50 inmigrantes, en libertad a las pocas horas de su arresto en una macrorredada

La policía irrumpió en dos bares de Alcorcón

Una de las prácticas habituales de la policía durante el año pasado vuelve a la actualidad. Una nueva redada en dos bares de la zona de copas Costa Polvoranca, en Alcorcón, en la que participaron más de 50 agentes, terminó el pasado domingo con la detención y traslado a comisaría de 50 inmigrantes marroquíes. Todos fueron puestos en libertad tras serles incoado el oportuno procedimiento de expulsión, ya que sólo incumplían la Ley de Extranjería al carecer de los permisos de trabajo y residencia, según confirmaron fuentes policiales.

Ésta es la segunda redada policial que vive la zona de copas Costa Polvoranca en menos de siete meses. La anterior fue desarrollada el 22 de noviembre del año pasado y concluyó también con la detención de 51 inmigrantes que estaban divirtiéndose en cuatro bares. Sólo una persona, de nacionalidad española, pasó a disposición judicial, ya que tenía pendiente una orden de búsqueda y captura por un atraco cursada por un juzgado de Móstoles.

La redada del pasado domingo contó, como es habitual en este tipo de operaciones, con un amplísimo dispositivo policial formado por dos grupos (unos 40 agentes) de la Unidad de Intervención Policial (UIP, más conocidos como antidisturbios), 16 policías de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación, funcionarios de la comisaría de Alcorcón y agentes de la Sección de Seguridad Privada, dedicados a controlar a los porteros de los bares de copas.

Este amplio despliegue policial se citó sobre las 3.30 de la madrugada del domingo en las puertas de la comisaría y, tras mantener una reunión previa, entró a las cuatro de la madrugada en dos bares de copas: el Walili, situado en la calle de Navales, número 6, y el Al-Andalus, en la calle de Geológi-cas, número 27. Ambos son frecuentados por clientes de origen magrebí, según fuentes policiales.

Con los cascos puestos

Los antidisturbios, que llevaban los cascos puestos y las porras en la mano, aparcaron las furgonetas en las inmediaciones de los locales y entraron en tropel. Uno de ellos se dirigió hacia la zona de los aparatos de música y la paró. Otros dieron las luces generales de las naves, ante el estupor y el enfado de los clientes, en su mayoría inmigrantes, que estaban allí concentrados.

Los policías de la Brigada de Extranjería comenzaron a pedir la documentación a los presentes para comprobar si estaban en Alcorcón de forma legal y si carecían de los permisos de residencia y trabajo. Mientras, otros agentes registraban las pertenencias de los clientes.

En total, fueron cacheadas 130 personas, con el siguiente resultado: detrás de la barra del Al-Andalus la policía halló una cachiporra de 60 centímetros. Estaba perfectamente escondida de la vista de los clientes. A dos porteros del Walili, de 34 y 36 años, les fueron intervenidos un mosquetón de hierro y una defensa extensible. A ambos y al dueño del primer local les fueron abiertas las correspondientes actas de intervención de armas. Éstas son remitidas a la Delegación del Gobierno en Madrid, que es la encargada de imponer una sanción cuyo importe puede llegar a los 1.500 euros.

Al final, fueron trasladados en varios furgones policiales a la comisaría de Alcorcón 50 clientes. Los agentes de Extranjería incoaron 43 expedientes de expulsión de España. Las siete personas restantes presentaron distinta documentación en comisaría, por lo que fueron puestas en libertad. Los policías hicieron, incluso, trámites para que algunos de los magrebíes que estaban de forma irregular ingresaran en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) que la Jefatura Superior de Policía de Madrid tiene en el distrito de Moratalaz. Pero, como es habitual, este recinto está desbordado y carece de espacio para más inmigrantes, lo cual permitió que todos los detenidos quedaran libres.

Fuentes policiales señalaron que la redada del pasado domingo tenía como objetivo la incautación de droga con la que supuestamente se traficaba dentro de los dos locales registrados. Los resultados en ambos casos fueron negativos, ya que no hubo decomiso de estupefacientes.

El juzgado de guardia de Alcorcón estuvo informado en todo momento de la operación policial, que terminó sobre las seis de la mañana. La Policía Municipal alcorconera también recibió información puntual de que se iba a llevar a cabo esta operación.

La zona de copas Costa Polvoranca, formada en la actualidad por unos 25 bares, sólo abre los fines de semana y las vísperas de festivos.

"Caza del extranjero"

Las redadas, conocidas dentro de la Jefatura Superior de Policía con el eufemismo de "operaciones policiales", han sido ampliamente criticadas en los últimos meses por la oposición y por las asociaciones de inmigrantes, que solicitaron en varias ocasiones al anterior delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, del PP, que ordenara su cese inmediato.

Tanto el PSOE e IU como los colectivos de inmigrantes las calificaron de "caza del extranjero" y aseguraron que con ellas sólo se busca criminalizar a los inmigrantes. El propio alcalde de Alcorcón, Enrique Cascallana, del PSOE, tachó la anterior redada efectuada en su municipio como "una exhibición policial".

La primera gran redada de los últimos meses se desarrolló la madrugada del sábado 25 de octubre, justo un día antes de que se repitieran las elecciones a la Asamblea de Madrid tras la espantada de los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. Esa operación se saldó con 49 inmigrantes sin papeles, en su mayoría de origen boliviano, detenidos en Usera y Arganzuela.

Un mes más tarde, el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes (PP), justificó la redada en una sesión de control al Gobierno en el Senado, afirmando que era "una forma de luchar contra la delincuencia". Acebes señaló que hacían falta "intervenciones policiales, firmeza y plantar cara a los delincuentes y a sus organizaciones delictivas", mientras que el senador socialista Juan Barranco, que interpeló al ministro, tachó de "rotundo fracaso" estas redadas.

El teniente fiscal de Madrid, Pedro Martínez, opinó que las redadas eran operaciones propagandísticas en vísperas de jornadas electorales con fines políticos.

A la redada de octubre le siguieron otras similares en Costa Polvoranca y en Coslada. En esta última localidad, 44 inmigrantes que estaban tomando copas en los bares Willow y La Cueva fueron arrestados por incumplir la Ley de Extranjería. También hubo otra operación similar el 19 de diciembre en el bar El Sitio Tropical, en el madrileño distrito Centro.

En todos los casos, los afectados han protestado por la "firmeza" utilizada. Fuentes policiales dudaron ayer de la eficacia de estas operaciones si no tienen una continuidad en el tiempo y se hacen sólo en lugares de alta criminalidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_