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Bush desclasifica documentos para demostrar que no aprobó la tortura

La Casa Blanca ha desclasificado esta madrugada cientos de documentos con los que pretende demostrar que no se había autorizado el uso de la tortura en los interrogatorios a detenidos en Irak, Guantánamo y Afganistán. El presidente George W. Bush insistió en que "nunca había ordenado torturas ni nunca las ordenará".

Los memorandos, hasta ahora secretos, reflejan el debate interno en la Administración sobre la definición de tortura. En uno de agosto de 2002, aprobado por la Casa Blanca, se define como un "maltrato que tiene que infligir daño equivalente en intensidad al dolor de graves heridas físicas, tales como fallo de órganos, colapso de una función vital o incluso muerte".

Hasta ese momento, el Ejército se guiaba por un manual que aprobaba 17 tácticas. En diciembre de 2002, Rumsfeld autorizó otras 17 en respuesta a la solicitud del director de la base de Guantánamo, general Geoffrey Miller, ahora a cargo de los interrogatorios de Irak. Estos métodos se iban a aplicar a uno de los detenidos, el saudí del que sospechaban era el piloto suicida número 20 en el 11-S, Mohamed Al Kahtani. Durante los interrogatorios convencionales, Al Kahtani se había "resistido", según el general Miller, a dar información. Entre las técnicas aprobadas figuraban el encapuchamiento, la explotación de fobias, intimidación con perros, semidesnudar al reo y el uso de "mínimo contacto físico".

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Ninguna llegó a ser aplicada en parte por las quejas de algunos abogados militares e interrogadores que se oponían a la línea oficial de que el endurecimiento no era ilegal porque la clasificación de combatientes ilegales les privaba de los derechos reconocidos en la Convención de Ginebra. El desacuerdo interno hizo que Rumsfeld diera marcha atrás y en abril de 2003 redujo la lista de métodos, excluyendo los más duros.

El senador demócrata por Vermont, Patrick Leahy, calificó anoche esta medida de "selección de documentos en beneficio propio".

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