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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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¿Moderación salarial?

Entre la información conocida esta semana, creo que destaca la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del primer trimestre del año. Para el conjunto nacional, el coste laboral total aumentó, en tasa interanual, un 3,5%, dos décimas menos que en el cuarto trimestre del pasado año y 1,5 puntos menos que en el mismo periodo del año anterior. En términos de costes salariales, es decir, de los sueldos y salarios brutos que se lleva el trabajador en su nómina, el aumento fue del 3,2%. Estas cifras, junto a otras muchas que nos ofrece la encuesta, suscitan reflexiones muy diversas, de las que quiero comentar dos.

La primera, que los costes laborales totales siguen creciendo por encima de los puramente salariales (lo han hecho en medio punto porcentual por año en los tres últimos para los que se dispone de la encuesta, como muestra el gráfico izquierdo), lo que se debe a causas diversas, siendo la más importante que las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social crecen significativamente más que los salarios. Es decir, la fortaleza financiera de la Seguridad Social no se debe sólo al aumento del empleo, sino a una mayor fiscalidad sobre el trabajo. La pregunta que yo me hago es: ¿qué sentido tiene alardear de superávit en la Seguridad Social cuando ello provoca aumentos de los costes laborales superiores a los de nuestros competidores?

Estamos perdiendo competitividad a marchas forzadas, cosa que pagaremos tarde o temprano
Más información
El coste laboral por trabajador creció un 3,2% en el segundo trimestre

En segundo lugar, los aumentos citados suponen una moderación respecto al pasado año, pero ello no obedece tanto a un cambio en los planteamientos de los sindicatos y las empresas a la hora de negociar los convenios colectivos, como al impacto de las cláusulas de salvaguarda que vienen recogiéndose en dichos convenios. El IPC acabó 2002 en el 4%, es decir, muy por encima de las previsiones oficiales, lo que se tradujo en revisiones automáticas de los salarios que afectaron a los aumentos de los costes en 2003. La desviación del IPC en diciembre de 2003 fue, en cambio, mucho menor, con lo que la repercusión de las cláusulas de salvaguarda en los costes laborales de 2004 está siendo también mucho menor. Todo esto constituye un sistema de negociación colectiva bastante irracional, que acaba generando más inflación. Cuando, por alguna causa transitoria (una sequía) o algún shock externo (subida del precio del petróleo) se dispara el IPC de diciembre (¿por qué se toma como referencia la inflación de un mes determinado y no la media anual?), las cláusulas de salvaguarda ponen en marcha una espiral inflacionista de costes-precios-costes que hace muy difícil, lento y costoso reconducir la inflación a niveles coherentes con el objetivo de la política monetaria del BCE. Antes, cuando la política monetaria era competencia del Banco de España, esto se pagaba de forma inmediata con subidas de tipos de interés, pero ahora no pasa nada. Es decir, no pasa nada aparentemente o de forma inmediata, pues a medio plazo lo que pasa es que estamos perdiendo competitividad a marchas forzadas, cosa que pagaremos tarde o temprano en términos de crecimiento y empleo. Si alguien duda de que perdemos competitividad, que eche un vistazo al gráfico derecho.

No hemos aprendido la lección de lo que significa pertenecer a una unión monetaria, aunque de momento, en el corto plazo, bien que nos beneficiamos de ella en forma de tipos de interés reales cero o negativos. Al final llegamos casi siempre a la misma conclusión: hacen falta muchas reformas, entre ellas, la de la negociación colectiva.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

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