Los hombres de Abu Dahdah y el 11-M
Varios de los presuntos autores o inductores de la masacre de Madrid eran miembros de una célula de Al Qaeda ya desarticulada
En noviembre de 2001, la policía detuvo en Madrid a Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, presunto jefe de Al Qaeda en España. Este sirio de 40 años, casado con una madrileña y padre de cinco hijos, dirigía a los Soldados de Alá, un grupo de radicales islamistas que repartían propaganda en la mezquita madrileña de Abu Baker, enviaban muyahidin a Bosnia, Chechenia y Afganistán y financiaban presuntamente a Al Qaeda a través de varias ONG.
La policía creyó que el grupo estaba desarticulado, con sus principales dirigentes en prisión o huidos, y sus entrañas al descubierto. La investigación sacó a la luz los vínculos que Abu Dahdah y sus hombres mantenían con Mohamed Atta y los miembros de la célula de Hamburgo que perpetraron el atentado en Nueva York del 11-S. En el Ministerio del Interior se celebró el descubrimiento, fruto de una investigación judicial y policial de ocho años, pero el grupo estaba todavía vivo y resucitó.
La casa de Chinchón era propiedad de uno de los 'soldados de Alá', preso desde 2001
Tras la detención de Dahdah, El Tunecino fue el referente para los radicales islamistas
Varios de los principales autores de la matanza de Atocha eran hombres de confianza de Abu Dahdah. Según un informe policial, tras la detención del sirio en España y de Mustafá el Maymouni, otro de sus cabecillas, en Marruecos, Serhane ben Abdelmajid, El Tunecino, se constituyó en el principal referente de los radicales islamistas. Él y otros miembros vinculados a la antigua célula de Abu Dahdah captaron a nuevos integristas y, "movidos quizás por las detenciones de sus correligionarios, así como imbuidos por la fetua (edicto religioso) de Osama Bin Laden sobre la ocupación de Irak, decidieron pasar a la acción y ejecutar los atentados del 11-M". Abu Dahdah ha negado cualquier relación con el atentado.
- Jamal Zougam
El 5 de septiembre de 2001 el marroquí Jamal Zougam, dueño del locutorio Nuevo Siglo en el barrio madrileño de Lavapiés y presunto autor material del atentado del 11-M, telefoneó a Abu Dahdah. Su conversación quedó grabada ya que el teléfono del sirio estaba intervenido desde hacía cinco años con autorización judicial del juez Baltasar Garzón. Zougam le informó de que acababa de regresar de Marruecos, le comunicó que había ido a visitar a un amigo común y transmitió un cariñoso mensaje para todos los "jóvenes" de Abdulaziz Benyaich, uno de los hermanos Benyaich, todos muyahidin y miembros del grupo al que investigaba la policía. Quedaron en verse.
Zougam estaba ansioso por charlar. El 10 de agosto de ese mismo año agentes de la Unidad Central de Información Exterior habían registrado su casa, en el número 14 de la madrileña calle de Sequillo, por orden de un juez francés que le vinculaba con un grupo de extremistas detenidos en París. En el registro se hallaron nombres y teléfonos de otros miembros de la célula, pero Zougam no fue detenido.
Abu Dahdah visitaba con frecuencia el locutorio el Nuevo Siglo y tomaba el té con Zougam en el bar Alhambra de Lavapiés. Se veían con frecuencia y tenían muchos amigos comunes. La investigación ha acreditado que Zougam compró las tarjetas prepago que sirvieron para activar las mochilas bomba que los terroristas colocaron en los trenes de la muerte. Dos testigos aseguran haberlo visto en uno de los vagones. Está detenido y se ha declarado inocente. Abu Dahdah ha señalado al juez que conocía a Zougam porque le compraba tarjetas en su locutorio.
- Serhane ben Abdelmajid Fakhet
El Tunecino, de 36 años, presunto coordinador del atentado, según un auto del juez Juan del Olmo, pertenecía a la célula de Abu Dahdah y había sido investigado en el transcurso de esa misma investigación judicial. El interés que tenía la policía por este licenciado en Económicas que estudiaba su doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid lo prueban los seguimientos a los que estuvo sometido durante varios años. Lo fotografiaron y filmaron varias veces entre 1996 y 2001. Mandos policiales aseguran que no se le detuvo porque entonces su "perfil era bajo". La última investigación sobre este hombre tuvo lugar meses antes del 11-M en el marco de unas diligencias sobre un presunto blanqueo de dinero por parte de fundamentalistas. El seguimiento fue intermitente. Serhane fue uno de los siete suicidas que murieron en el piso de Leganés. Los informes de la policía lo definen como uno de los cerebros del ataque junto a Rabei Osman el Sayed Ahmed, un marroquí de 33 años al que denominaban Mohamed el Egipcio. Este último fue detenido recientemente en Italia y había sido investigado por Garzón como líder de un grupo fundamentalista en el curso de otro sumario diferente al de Abu Dahdah.
- Mustafá el Maymouni
De nacionalidad marroquí. Se le atribuye la dirección en España del grupo Salafia Jihadia. Abu Dahdah mantenía frecuentes reuniones en su casa y le quiso enviar como muyahidin a un campo de entrenamiento terrorista en Indonesia que dirigía Parlindungan Siregar, Parlin, otro miembro de la célula española. Mustafá, que también reclutaba combatientes para enviarlos a Bosnia y Chechenia, se excusó diciendo que acababa de tener un hijo. En un viaje a Marruecos, Mustafá fue detenido por su presunta participación en los atentados de Casablanca, en mayo de 2003, en el que murieron 45 personas. Ha sido juzgado y condenado por estos hechos. Su hermana estaba casada con El Tunecino.
El informe preliminar de la policía remitido al juez Juan del Olmo, instructor del 11-M, asegura que Zougam y otros autores del atentado de Atocha estaban contactados a un grupo de integristas dirigido por Mustafá.
- Saíd Berraj
Durante cinco años, la policía y el juez Garzón ignoraron quién era Saíd el Mensajero, un personaje al que Abu Dahdah denominaba así cuando hablaba por teléfono con los soldados de Alá. Hasta octubre de 2003 no se resolvió el misterio. Una comisión rogatoria (petición de ayuda judicial) remitida a Turquía desveló que se trataba de Saíd Berraj, un marroquí de 32 años. Había sido detenido en Estambul en el año 2000 en compañía de otros miembros de la célula española. La policía intervino su teléfono el pasado mes de diciembre. Sus huellas y fotografía reclamadas a Turquía llegaron el 9 de marzo, dos días antes del ataque terrorista. La policía asegura que no se le detuvo por falta de pruebas. Berraj es uno de los presuntos autores materiales del atentado del 11-M. Se ha dictado contra él orden de búsqueda y captura.
- Driss Chebli
Hasta su detención, en junio de 2003, Driss Chebli, de 31 años, residía en el número 70 de la madrileña calle de Rocafort, un piso que luego ocupó Saíd Berraj. Está procesado por el juez Garzón por su presunta vinculación con el 11-S. Tras la detención de Abu Dahdah y del resto de su grupo, Driss Chebli se unió a la célula que comenzó a planificar el 11-M y asistió a las reuniones que se celebraban en el piso de Faissal Allouch, en el barrio madrileño de Villaverde, en las que, según la policía, se exaltaba la yihad. A estos encuentros asistieron varios de los autores del 11-M, según los informes policiales remitidos al juez Del Olmo. Chebli no está imputado en el 11-M.
- Amer Azizi
Para los investigadores, el marroquí Amer Azizi es uno de los presuntos inductores del 11-M. La policía difundió su fotografía y el juzgado ha dictado una orden de búsqueda y captura. Era el hombre de confianza de Abu Dahdah y se encuentra huido ya que en 2001 consiguió burlar la vigilancia policial y escapó de la redada que desarticuló la célula. Fue detenido en Estambul en octubre de 2000 junto a Saíd Berraj cuando buscaban nuevas rutas para enviar muyahidin a Agfanistán. El propio Azizi había sido adiestrado en Bosnia y Afganistán. Su nombre apareció en un campo militar de Al Qaeda de ese país donde le llamaban Othman al Andalusi. Zacarías Moussaoui, detenido en agosto de 2001 cuando aprendía a pilotar en una escuela de EE UU, tenía en su agenda el teléfono de Azizi. Los servicios de inteligencia de varios países lo consideran uno de los jefes de esta organización terrorista en Europa.
- Mohamed Needl
Muyahid en Bosnia y dueño de la casa de Chinchón, municipio madrileño, donde se montaron las mochilas bomba que colocaron los terroristas del 11-M en los cuatro trenes de Atocha. Pertenecía a la célula de Abu Dahdah y permanece en prisión desde noviembre de 2001 por su presunta pertenencia a Al Qaeda. Su esposa, Nayat, alquiló la finca a través de un amigo de su marido llamado Walid. Según un informe policial, los trámites se hicieron a través de una inmobiliaria en la que trabajaba El Tunecino, uno de los autores materiales. Éste formalizó el contrato de alquiler el 28 de enero de 2004 a nombre de Youssef ben Salah, un documento falso que utilizaba Jamal Ahmidan, El Chino, presunto autor material del 11-M y uno de los siete suicidas. El director de esta inmobiliaria niega que la finca se alquilara, aunque reconoce que figuraba en sus ficheros a nombre de un tal Oualid. En sus archivos, la casa de Chinchón tenía anotada esta referencia: "Contactar con Serhane".
- Saíd Chedadi
Permanece preso por orden del juez Garzón por su presunta pertenencia a la célula de Abu Dahdah. Un informe policial sobre el 11-M señala que, junto a Driss Chebli y Faisal Allouch, pertenecía a uno de los grupos en cuyo seno se fraguó presumiblemente el atentado. Su hermano Abdennabid trajo el agua de La Meca con la que presuntamente se purificaron los terroristas. Dos de los hermanos Chedani fueron detenidos y puestos en libertad. Ni Saíd ni sus hermanos están acusados por el 11-M.
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