Una cita para futbolistas de verdad
"Nuestro estilo nos pide que salgamos a vencer desde el principio", proclama Iñaki Sáez
Lisboa
España se la juega hoy frente a Portugal, cuya situación es todavía más apurada tras haber perdido contra Grecia, un resultado que descolocó a unos y otros los dos favoritos del Grupo A. "Si los portugueses hubieran hecho sus deberes, ya estaríamos clasificados", precisa Albelda; "nosotros no hemos hecho nada mal". A Portugal sólo le vale la victoria y, en tanto que anfitrión de un torneo con dos semanas por delante, sus opciones se revalorizan. Aunque le sirve la igualada, España no debería especular con el marcador porque le falta oficio -es la selección más joven, con 25 años de media, pese a que sus jugadores están acostumbrados a la presión de sus clubes en la Liga y las citas europeas- y suele ser contraproducente. "No sabemos jugar a empatar. No tenemos el temple necesario ni va con nuestra forma de ser", advierte Iñaki Sáez; "nuestro estilo nos pide que salgamos a vencer desde el principio".
"Tenemos proyección y ambición para llegar lejos. Si piensas en el fracaso, te condenas"
"¿No firmaría las tablas?", se le pregunta. "¿Dónde hay que firmarlas", responde el seleccionador tras matizar que como resultado, no como estrategia. "Lo que vale es vencer. Convencer es más difícil. Si no, ahí está Italia", insiste. Para evitar equívocos, se impone mirar a la alineación, que será la más ofensiva de las presentadas. Llegan los cambios en el tercer encuentro, con los jóvenes como alternativa, después de repetir de forma sorprendente el once titular en los anteriores: "Jugamos aceptablemente en ambos".
El perfil del rival y las circunstancias invitan a Sáez a mover el banquillo. "Va a ser un toma y daca muy bonito", pronostica; "tendremos más espacios que frente a Rusia y Grecia, que nos presentaron una muralla, y el choque será menos táctico y más abierto". La contienda demanda, pues, mantener a los jugadores de las bandas -"nuestro punto fuerte"- para asegurarse las combinaciones y reforzar el juego interior: "Al haber más campo, tendremos que jugar más por el medio, con paredes y pases en profundidad, y estar atentos a los rechaces para rematar más. Me preocupa que no rematemos mucho".
Entiende Sáez que su cuadro y el luso guardan ciertas similitudes, que ambos tienen buenos onces de partida y alternativas incluso mejores entre los suplentes -"tenemos calidad y prestigio"- y que comparten cierta melancolía, si no pesimismo o fatalidad, al menos en el entorno, lo que hay que combatir. "Salvo que tuviéramos los 6 puntos, no estaríamos mejor de lo que estamos", afirma; "faltan esos puntos, pero lo cierto es que no hemos perdido". Únicamente Grecia ha tumbado a España, en la fase previa, y Portugal no la gana desde 1981, aunque los españoles siempre han caído, siete veces, ante los anfitriones en una fase final.
"Si queremos hacer algo en la Eurocopa, debemos demostrar que somos fuertes en esta clase de partidos", explica Sáez; "la clasificación nos daría el plus de confianza necesario para avanzar. No hemos venido aquí para quedar apeados a la primera, sino que tenemos proyección y ambición para llegar mucho más lejos. Si piensas en el fracaso, te condenas".
No le queda más remedio a la selección española que apelar a su juego y a la ambición de sus futbolistas para un partido que, en todos los órdenes, jugara en campo contrario y que, ante la importancia del resultado, admite toda esa cháchara que acostumbra a calentar los ambientes: la actitud del árbitro, el papel de la hinchada y las declaraciones para crear el clima que más beneficie al equipo. Luiz Felipe Scolari, por ejemplo, ha sintetizado el escenario en una frase: "Es la guerra".
Sáez, en cualquier caso, no entra al trapo ni con el seleccionador del adversario -"sus manifestaciones no van más allá de la estrategia de los técnicos, que utilizan un lenguaje coloquial para que sus jugadores se den cuenta de la trascendencia del envite"- ni cuando se le preguntó por el colegiado -"los doce que están son competentes y demuestran su calidad en este tipo de encuentros"-, ni tampoco con las críticas de la prensa: "Llevo tres días sin leer los periódicos y duermo mejor. Tengo las cosas más claras y eso me da confianza. Si lees cuando no se gana, te entra malestar. Prefiero no tener mal cuerpo con ningún periodista para que así, cuando hablemos, nos seguiremos tratando como amigos".
Después de superar de forma brillante el mal trago de Noruega, en la respesca, Sáez es consciente de que hoy afronta un partido igualmente delicado porque marca la frontera entre los buenos y los malos y la calidad individual de los futbolistas españoles demanda alcanzar los cuartos. Pese a que es nuevo en una fase final y a que Raúl se estrena como capitán, al equipo se le exige que compita mejor que ninguno de sus antecesores, consecuencia, sin duda, de una nueva generación de futbolistas, liderada por Xabi Alonso y Torres, que en su última visita a Portugal, amistosa, eso sí, dejó un 0-3 victorioso para el recuerdo. A la hora de jugársela, parece imponerse la ambición frente a cualquier conservadurismo. De manera que se espera una nueva versión de España.
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