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Reportaje:AL SOL

Calas secretas de Mallorca

Sol y mar en algunas de las playas más salvajes de la isla balear

Ha sido castigada hasta la hartura por los planes urbanísticos; pero pocas referencias hay tan ligadas al imaginario playero como los 154 kilómetros de costa de Mallorca. Éstas son seis calas únicas, cuatro de arena y dos pedregosas.

Sa Canova

(SANTA MARGALIDA)

El siempre caudaloso torrente des Naborges, con habitual avifauna de fochas y patos, es un prólogo inmejorable para presentar las excelencias que alberga esta playa salvaje que extiende sus encantos entre Son Serra de Marina y Colònia de Sant Pere. A lo largo de tres kilómetros daremos con la misma línea de dunas e idéntica inmersión cromática que en el resto de la bahía de Alcudia, pero libre de hoteles. El conjunto de bañistas ocupa los primeros 400 metros de playa, o emprende la caminata por campos dunares hasta encontrar el tramo más apetecible. En Sa Canova, el relax está asegurado; sólo los días de mala mar hay que tener cuidado con las corrientes, que se vuelven peligrosas.

- Cómo ir: entrada a Son Serra de Marina y giro a la derecha en el penúltimo vial antes de llegar al mar, a la altura del bar C'an Jaume.

- Comer: Lago (971 85 40 81). Son Serra de Marina. Rodaballo con almendras. Unos 15 euros.

Cala Mesquida

(CAPDEPERA)

En Mesquida, los vientos y el mar han creado caprichosas formas, de ahí que merezca especial atención por la excelente perspectiva visual. No faltan quienes aprovechan sus ondulaciones, sus dunas lingüiformes y remontantes para tenderse al sol y así cobijarse del viento. Hay, en régimen de alquiler, sombrillas, hamacas, hidropatines y tablas de windsurf. Su condición de playa abierta al canal de Menorca convierten la bandera de aviso en referencia ineludible. La zona de las dunas es de tradición naturista; aquí nace el sendero (45 minutos) a cala Agulla.

- Cómo ir: desvío a mano izquierda poco antes de llegar a cala Rajada. En cala Mesquida, seguir recto hacia el complejo turístico y aparcar. Bajar a la playa por las escaleras.

- Comer: Es Castell (971 56 57 30). Major, 47. Capdepera. Menú turístico, nueve euros.

Cala Varques

(MANACOR)

El fascinante bosquete mediterráneo que hay que atravesar para hollar cala Varques revela un sector de litoral manacorense que se debate entre la conservación y la especulación. Al final de un barranco, en una escueta franja arenosa intocada que reúne una importante riqueza vegetal, luce la cala todos los alicientes mediterráneos: arena del color de la cal, aguas de nítida transparencia, arboledas acolchadas con garriga. De la naturaleza calcárea de los materiales hablan las cavernas en las que se introduce el Mediterráneo con lentas ondulaciones; son accesibles a nado, siempre que el oleaje lo permita. Y cerca, las cuevas del Drac.

- Cómo ir: a 6 kilómetros de las cuevas del Drac (Porto Cristo), en dirección a Santanyí, aparece el camino a la izquierda, sin señalizar, unos metros antes de Son Fortesa Vell. Aparcar al final. Empujar el portón y dar un paso por encima de una cadena. Caminata de unos 20 minutos.

- Comer: Voramar (971 55 85 69). Cala Mandia. Alrededor de 35 euros.

Es Carbó

(SES SALINES)

Tranquilidad, salvajismo y limpieza. Eso sí, hay que caminar por el litoral desde Es Dolç para alcanzar estas dunas de gran desarrollo frente a olas mansas lamiendo la orilla. Inmersa en una suavidad plenamente horizontal, de talla pareja a las de su entorno, y con vistas a los islotes y al parque nacional de Cabrera, a Es Carbó le sacude el sol de plano. El pinar lindante pertenece a una finca privada.

- Cómo ir: en Colònia de Sant Jordi, recorrer a pie toda la playa de Es Dolç, dejar atrás los varaderos y seguir unos 15 minutos a pie.

- Comer: Marisol (971 65 50 70). Gabriel Roca, 65. Colònia de Sant Jordi. Menú, 16 euros.

Cala En Basset

(ANDRATX)

No es tan sólo una cala virgen perdida en el extremo suroccidental de la sierra de Tramontana; es todo un símbolo de inquietud conservacionista. Área natural de especial interés y zona ZEPA (para la protección de aves), una colorista orografía mineral espera al senderista (llevar calzado resistente). En Basset tiene en la torre almenara y en la flota de yates sus principales señas de identidad. Respaldada por acantilados de palmitos por donde los pinos extienden sus cúpulas, no se registran corrientes en sus fondos.

- Cómo ir: aparcar a 300 metros del restaurante Es Molí, en Sant Elm. Seguir a pie hasta la casa pintarrajeada de Can Tomeví, rebasarla por la derecha y, a unos cien metros, torcer a la izquierda. Caminata de unos 45 minutos.

- Comer: restaurante Cala Conills (971 23 91 86). Santt Elm. Pescados a la sal. Unos 40 euros.

Cala Bóquer

(POLLENÇA)

Otra playa para el senderista. Esta vez en la península del cabo Formentor, uno de los principales polos de atracción turística en Mallorca. Impera la imagen bucólica en el tan abierto como encajonado desfiladero surcado por las aves en sus migraciones. En la base, la cala virginal y pedregosa de Bóquer se beneficia de la sierra del Cavall Bernat, y desde sus orillas se atisba el islote de Es Colomer. Aunque la punta de la Sal brinde protección, el mar batiente sólo permite zambullirse los días de calma.

- Cómo ir: en Port de Pollença tomar la salida hacia Formentor y aparcar cerca del apartotel Oro Playa. Franquear las dos verjas de la finca de Bóquer. Unos 40 minutos de paseo. Está prohibido entrar en la finca con animales.

- Comer: restaurante Stay (971 86 40 13). Moll Nou, Port de Pollença. Menú del día, 30 euros.

La cala En Basset, en el extremo suroccidental de la sierra de Tramontana, es un área natural de especial interés y zona para la protección de aves.
La cala En Basset, en el extremo suroccidental de la sierra de Tramontana, es un área natural de especial interés y zona para la protección de aves.GUILLERMO ESAÍN

GUÍA PRÁCTICA

Información

- Oficina de turismo de Palma de Mallorca (971 71 22 16).

- www.conselldemallorca.net.

- www.illesbalears.es.

- www.mma.es/playas y www.esplaya.com, para conocer más sobre las playas mallorquinas.

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