Una visita a la vida
Antiguos enfermos cardiacos como Marcos Ballesteros acompañan a hospitalizados en Málaga para facilitar su recuperación
Marcos Ballesteros ha estado tres veces ingresado en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI) del hospital Clínico Universitario de Málaga por problemas cardiacos. A sus 64 años, este malagueño, casado y con dos hijos, puede jactarse de haber burlado a la muerte en varias ocasiones. Durante un tiempo, a Marcos no se le podía hablar de volver a pisar un hospital. Sin embargo, desde hace ya seis años, el hospital Clínico se ha convertido casi en su segunda casa, y no porque haya recaído en su enfermedad. Marcos, al igual que Juan José González, José Evangelista o Francisco Ramírez, dedica su tiempo libre a ayudar a enfermos que, como él en su día, se están recuperando de un grave susto en este hospital.
Los cuatro son voluntarios de la Asociación de Expacientes de la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Clínico (Expaumi), que pusieron en marcha hace ya ocho años dos médicos de este centro, María Victoria de la Torre y Ángel García Alcántara. La tarea a la que Marcos dedica todo el tiempo que puede es simple, pero complicada a la vez.
De lunes a viernes realiza visitas a los enfermos que, una vez fuera del estado crítico, se disponen a abandonar la UMI y pasar a planta. Su misión no es otra que confortar al enfermo y a sus familias. Y nada mejor que predicar con su propio ejemplo. "Yo pasé un año entero hospitalizado y lo pasé fatal. Le cogí miedo a volver al hospital incluso para las revisiones del marcapasos. Pero mi madre enfermó y me tocó cuidarla. Fue ella la que me animó a que siguiera cuidando a otras personas aquí y por eso me enrolé en la asociación", recuerda.
Seis años después, por el diván de Marcos han pasado unos 600 pacientes y sus respectivos familiares, personas a las que ha enseñado cómo enfrentarse a su nueva vida. "Se trata de darles ánimos, escucharlos, darles terapia. Con nosotros los visitadores se abren y nos cuentan cosas que ni siquiera se atreven a contar a sus familias. Somos una especie de confesores y animadores, pero también de profesores, porque les enseñamos cómo han de encarar la nueva vida que afrontan al abandonar la UMI", relata.
Marcos cumple sus turnos de cuatro horas como visitador con gusto y afirma que la satisfacción que le reporta esta labor revierte de forma positiva en su salud. "Conmigo, los enfermos acaban riéndose. Es una terapia preciosa. Que un enfermo acabe soltando carcajadas con lo que ha pasado es para mí una satisfacción enorme", añade.
Junto a la atención específica a los enfermos, para lo que se preparan a través de unos cursos de formación que imparte la asociación, los visitadores también dedican su tiempo a las familias de los pacientes, a quienes además de consolar ya que son el vivo ejemplo de que es posible superar el bache, informan sobre los nuevos hábitos y los truquillos que el enfermo habrá de adoptar una vez en casa. "Yo no me desligo de ellos. Una vez que salen les hago un seguimiento y me preocupo porque cumplan con lo que les hemos enseñado", explica Marcos mientras muestra su agenda de teléfonos rellena de nombres, números y direcciones de sus ya ex pacientes.
www.expaumi.org 951 032 094
Más de 3.000 pacientes
Si algo distingue a Expaumi de otras asociaciones relacionadas con la medicina es que en ella son los propios enfermos los actores principales, no los sujetos pasivos. En los ocho años de existencia de la asociación, única de su género en Andalucía, más de 3.000 pacientes han recibido en el Hospital Clínico de Málaga la atención personalizada que los visitadores y demás colaboradores (unos 400 más 700 familiares) de Expaumi dispensan. "Nuestro objetivo es dar soporte al paciente en la UMI para lograr su pronta reinserción social", explica una de sus fundadoras, la doctora María Victoria de la Torre.
La labor de Expaumi no se limita a la atención hospitalaria de los enfermos. La asociación cuenta con un amplio programa de actividades que van desde la organización de cursos donde reputados especialistas ofrecen información sobre salud a actividades lúdicas y culturales. Una de las que más repercusión tiene es el taller de reanimación cardio-pulmonar, en las que se enseñan técnicas básicas para salvar vidas. Esta semana han clausurado los talleres que se han celebrado en los 10 distritos de Málaga. Otro de los programas estrella es el de deshabituación del tabaco. Expaumi también cuenta con un servicio de publicaciones.
Además de la revista de la asociación, que se edita semestralmente, se encargan de facilitar a los enfermos un manual de conducta con las claves que les permitirán retomar su vida sin sobresaltos. Junto a ellos, también se da a cada enfermo una tarjeta-corazón que, mediante un código, brinda a las asistencias sanitarias el historial médico del paciente al instante. Ahora, los responsables de Expaumi quieren organizar una caravana desde Málaga a Galicia para dar a conocer su actividad en otros hospitales del país, algo que ven complicado por la falta de fondos. "Sólo recibimos alguna subvención y lo que nosotros aportamos", explica De la Torre.
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