El magnate ruso Jodorkovski y la empresa Yukos, en el banquillo
El juicio contra el multimillonario Mijaíl Jodorkovski se reanudó ayer, esta vez a puertas abiertas y reunificado con el caso de Platón Lébedev, otro de los mayores accionistas de la petrolera Yukos. Ambos oligarcas son acusados de evasión de impuestos y apropiación fraudulenta de la empresa Apatit. El proceso contra Jodorkovski -para la mayoría de los observadores tiene claras connotaciones políticas- es paralelo a otro juicio contra la misma Yukos, a la que el Ministerio de Impuestos y Recaudaciones reclama más de 2.700 millones de euros. La petrolera, hasta el año pasado la más importante de Rusia, corre ahora el peligro de ser declarada en bancarrota.
El acoso contra Jodorkovski, que puede ser condenado a 10 años de prisión, comenzó hace un año, aparentemente por razones políticas. Al magnate se le acusó en la prensa de preparar una confabulación con otros empresarios para hacer elegir a sus representantes en las legislativas que se celebraban a finales de año con el fin de controlar la Cámara. Más aún, se afirmaba que Jodorkovski pensaba presentar su propio candidato, contrario al del Kremlin, a las presidenciales de 2008 (cuando el presidente Vladímir Putin cumpliera su segundo mandato y ya no pudiera aspirar a un tercer periodo porque lo prohíbe la Constitución). Esto es lo que las autoridades rusas no le habrían perdonado. Esta tesis se apoya en el hecho de que prácticamente todos los grandes empresarios usaron los mismos esquemas que Jodorkovski y Yukos para apropiarse de compañías y pagar menos impuestos, pero ninguno está encarcelado ni procesado.
Jodorkovski fue puesto tras las rejas en octubre pasado, lo que ha motivado protestas de organizaciones de derechos humanos y de sus colegas. Arkadi Volksi, presidente de la Unión de Industriales y Empresarios, criticó anteayer el actuar de la fiscalía por mantener en la cárcel al magnate antes de que haya sido sentenciado en un juicio. El ex primer ministro Mijáil Kasiánov también declaró en su tiempo que las personas acusadas de delitos económicos no debían esperar en prisión el juicio, pero la justicia rusa ha negado en repetidas ocasiones la libertad bajo fianza tanto a Jordorkovski como a Lébedev.
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