CC OO denuncia que seis trabajadores de Metro han sido agredidos en 10 días
La vigilancia se incrementó tras el 11-M y la boda real, pero después se ha reducido
La sección sindical de CC OO en Metro de Madrid denunció ayer que en los últimos 10 días se han producido seis agresiones de las que han sido víctimas dos supervisoras comerciales, dos jefes de sector, un jefe de línea y un vigilante de seguridad. Todos los trabajadores agredidos requirieron asistencia médica.
Las agresiones se produjeron el 28 de mayo, a las 18.15, en la estación de Valdezarza, donde una jefe de sector fue rodeada e intimidada por un grupo de jóvenes. El 4 de junio, a las 23.45, en la estación de Iglesia, y fue sufrida por un jefe de sector a manos de tres individuos. En la estación de Sol ese día fue agredido un jefe de línea, que al abrir la puerta de la zona de Coordinación fue golpeado por un individuo sin mediar palabra.
Las otras tres agresiones se produjeron el 11 de junio, a las 11.00, en la estación de Alcorcón Central, y fue sufrida por una supervisora comercial a manos de un individuo que no pudo ser reducido por los vigilantes de seguridad. Y el 13 de junio, a las 13.50, en la estación de Puerta del Sur, un individuo armado con una navaja amenazó a la supervisora comercial y al vigilante de seguridad.
Según la sección sindical de CC OO en Metro, a raíz del atentado terrorista cometido en Madrid el 11 de marzo se dispuso un gran despliegue de seguridad en el suburbano madrileño, combinando a efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local y seguridad privada, con el fin de garantizar la integridad física de usuarios y trabajadores.
Menos agresiones
Desde entonces y hasta la celebración de la boda real entre el príncipe Felipe y su prometida Letizia Ortiz, la presencia de esos agentes en la red metropolitana ha logrado que se reduzca drásticamente el índice de agresiones en el metro, según el sindicato.
Sin embargo, y a partir del día 23 de mayo, según asegura CC OO, ha desaparecido la presencia de policía en las instalaciones, encomendando la seguridad a la vigilancia privada que tiene contratada la dirección de la empresa y que "es, a todas luces, absolutamente insuficiente".
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