El peruano Álvaro De Soto sustituye a Baker como mediador en el Sáhara
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, confirmó el lunes por la noche la dimisión de su enviado especial para el Sáhara Occidental, el norteamericano James Baker, y su sustitución por el diplomático peruano Álvaro de Soto, quien también se ocupaba en Naciones Unidas de la antigua colonia española. Con anterioridad fue mediador en el conflicto chipriota. En una carta remitida al presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el filipino Lauro Baja, Annan elogia "las incomparables cualidades diplomáticas" de Baker, pero no explica las razones de su dimisión.
El Frente Polisario sostiene que su renuncia se debe a la intransigencia marroquí, y el ministro de Exteriores de Marruecos, Mohamed Benaissa, le dio, aparentemente, la razón al declarar, el sábado, que era achacable a la "tenacidad" de su país. La prensa marroquí se alegra abiertamente de la decisión de Baker, contra el que arremetió con dureza a principios del verano de 2003.
Annan señala en su misiva que De Soto deberá trabajar en "la búsqueda de una solución política aceptable mutuamente y duradera", y que ésta deberá contemplar "la autodeterminación del pueblo saharaui en el contexto de los propósitos y principios de la Carta de la ONU".
Baker, de 74 años, ex secretario de Estado de EE UU, es un político de prestigio y que contaba además con el pleno respaldo de la Administración de George W. Bush, al que ayudó a ganar las elecciones. Si, pese a ello, no consiguió avances sustanciales, es harto improbable que su sustituto, que goza de menos apoyos, logre encarrilar una solución a un conflicto que dura desde hace 29 años.
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