Una reclamación de humo

Hay un manojo de leyes y decretos a los que agarrarse para espantar los malos humos del trabajo. Para que el compañero no fume a tu lado basta con pinchar en la pared un decreto de 1988, o uno de 1999. ¿Basta con eso? Parece que no. Rosa dejó de fumar hace 10 años, ahora tiene 42, y desde entonces ha pleiteado tanto que a estas alturas, aunque amparada por la ley, no quiere que en este reportaje figure más que su nombre de pila. Y no ha logrado mucho a pesar de tener ya casi agotada la vía administrativa y de haberse encomendado, por último, al Defensor del Pueblo.

Rosa es administrativay trabaja en los juzgados de plaza de Castilla, en Madrid, por donde pasan a diario más de 6.000 personas y donde se vela por el cumplimiento de la ley. Salvo en lo que respecta al tabaco. "En las zonas comunes -pasillos, ascensores- fuma todo Cristo, fuma el público que entra, el personal de la limpieza, la Guardia Civil".

Ella sabe, por antiguos decretos que no siempre se cumplen, que está prohibido fumar en los lugares públicos salvo que se habiliten zonas especiales para ello. Invocando esas normativas y alguna otra de la Comunidad de Madrid (de 2002) escribió su primera carta en septiembre del año pasado y se la envió al decano de los juzgados de plaza de Castilla, José Luis González Armengol, y a la Consejería de Justicia de la Comunidad de Madrid, titular de este centro.

El primero respondió recordando que es la Consejería de Justicia "quien tiene transferidos los medios materiales y ha de proveer las necesidades oportunas a los juzgados". Sobre las zonas comunes de las que se quejaba la demandante, un rayito de esperanza se abría entre el humo: "Hay que tener presente las obras que se acometen actualmente en el edificio, debiendo dotarse al mismo de zona de fumadores y no fumadores, lo cual traslado a la Consejería a los efectos oportunos", decía la carta.

"La Consejería ni siquiera respondió", recuerda Rosa. Y guarda la prueba administrativa de que su reclamación llegó al destinatario.

En diciembre, visto que las cosas seguían igual, la mujer trasladó sus quejas al Defensor del Pueblo: "Le expliqué que se estaba dañando mi integridad física, una razón por la que podré reclamar por vía penal si no se resuelve nada".

Mientras el Defensor indagaba, y viendo que la Consejería de Justicia hacía mutis, Rosa cambió de palo. Recibieron otra queja en Sanidad y la Consejería mandó inspeccionar el edificio. Comprobaron "que no había carteles informativos, que todo el mundo fumaba en los pasillos, que las ventanas eran estancas. Pero el expediente no fue sancionador, porque se alcanzó un acuerdo" para fumar sólo en determinados sitios.

"La Consejería de Sanidad dice que en abril y mayo han mandado carteles, pero yo no los veo en ningún sitio, salvo unas pegatinas que he puesto con un compañero. Les he pedido otra inspección".

El decano de los juzgados dice que él, "personalmente", no ha recibido carteles y que el Real Decreto "se cumple en la medida en que se puede". "Cuando vino la inspección se acordó que la gente fumara en la zona central del edificio, pero aquí pasan muchas personas que están esperando su juicio, tienen nervios... Le hemos dicho al personal de seguridad que, de buenas formas, les digan que no pueden fumar, pero... Esto no es un centro público normal", declaró González Armengol. Sobre la incorporación de salas para fumadores explicó que están a la espera de si se hace un edificio nuevo.

El responsable de CC OO para la Salud Laboral en la Administración de Justicia de la Comunidad de Madrid, Jesús Chaparro, afirma que "el decano tenía que haber tomado la iniciativa para poner los carteles". "Hemos recibido bastantes reclamaciones", cuenta. Por otro lado, Chaparro asegura que los responsables de los servicios de Salud Laboral de esta comunidad no quieren reunirse con ellos, "tras un primer contacto en enero en el que expresaron su disposición a solucionar el asunto del tabaco".

Con este panorama, el enfado de Rosa iba en aumento cuando, para remate, llegó la respuesta del Defensor del Pueblo. "Dice que la Consejería de Justicia le ha informado de que hay carteles con la prohibición de fumar en lugares visibles y de que se procederá a poner una circular para recordarlo. Pero lo peor es que el Defensor ha preguntado a Justicia si atendieron mi reclamación y le han contestado que no tienen constancia de ninguna reclamación mía. Yo tengo el certificado que lo demuestra y se lo hice llegar al Defensor. Si le están negando datos esto ya es prevaricación", advierte Rosa.

En la Consejería no saben de la reclamación de Rosa, en efecto, pero sí han encontrado otra firmada por varios trabajadores de los juzgados de plaza de Castilla. Rosa llegará hasta el final: "Sólo trato de defender mis derechos".