El PSOE aspira a remachar el vuelco del 14-M con una nueva victoria en las urnas

"Os pido que el domingo rematéis la faena y reforcéis el proyecto del presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, en España y en Europa". Esta proclama del cabeza de lista del PSOE al Parlamento Europeo, José Borrell, responde estrictamente al objetivo de los socialistas en estas elecciones a la Eurocámara. Pero en el PSOE no hay sensación de victoria absoluta ya que preocupa que se produzca una alta abstención y que el nivel de apoyo a su partido descienda a sólo tres meses de las elecciones generales, dando al PP bazas para deslegitimar la victoria del 14 de marzo.

Los socialistas lo han dicho abiertamente. En sus discursos y en sus documentos internos se ha puesto de manifiesto, sin ambages, que piden el voto para la candidatura al Parlamento Europeo para reforzar "el proyecto" de Rodríguez Zapatero y remachar la victoria del 14 de marzo. En efecto, el PSOE aspira a obtener un buen resultado para que el PP se vea obligado a desterrar de su discurso, al menos en parte o no con tanta insistencia, su tesis de que la victoria del PSOE fue fruto de la tragedia que vivió España el 11 de marzo con el brutal atentado.

El propio presidente del Gobierno se ha empleado a fondo en esta campaña para pedir el apoyo a los socialistas, que representan, dicen, "el futuro y la concordia", frente "al pasado y el rencor", en el que sitúan al PP.

Para que no quede duda, el último documento interno que el PSOE repartió a sus dirigentes para difundirlo en sus mitínes, dice: "Tu voto vale para reforzar en todos los terrenos la acción del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero".

Discurso muy europeísta

Durante toda la campaña, el presidente del Gobierno y el candidato José Borrell han relacionado "el cambio" que se ha producido en España con el que debe producirse en Europa. Tampoco les resultaba forzado defender esta tesis porque es cierto que la guerra de Irak llevó a Zapatero en la campaña de las generales a hacer un discurso muy europeísta y con el afán de volver al "núcleo central de Europa", del que España se alejó con la guerra de Irak. Borrell ha hablado mucho sobre la Constitución europea y ha disertado de forma pedagógica sobre las "dos formas de construir Europa", según sea mayoría el bloque conservador o el socialdemócrata. Pero sobre todos los asuntos ha sobresalido la guerra de Irak y la vuelta de las tropas españolas que servía para pedir el voto "por la paz", frente "al partido de la guerra". El PSOE reconoce que ha tratado de luchar contra la abstención y contra la división del voto, para enfado lógico de IU.

Esta campaña ha tenido otros efectos. José Borrell ha recibido un trato muy afectuoso de los militantes, paliando la amargura de abandonar la candidatura a la presidencia del Gobierno por la presunta corrupción de dos ex colaboradores. También el aparato del partido de entonces le puso las cosas difíciles. "Quiero agradecer a todos los militantes, a todo el partido y a José Luis [Rodríguez Zapatero] el gran apoyo que me han dado, gracias, gracias". Así despidió Borrell la campaña en Madrid en la medianoche del viernes. Zapatero le respondió con grandes elogios. En este clima fraternal, el presidente extendió sus piropos a dos personas: Felipe González y Javier Solana. El Alto Representante para la Política Exterior de la UE, sentado en primera fila, agradeció con una sonrisa tímida los aplausos del auditorio. González cerraba la campaña en Málaga.