Detenidos otros dos mineros por la trama de los explosivos

La Guardia Civil detuvo ayer a otros dos mineros asturianos por su presunta implicación en la trama que facilitó la dinamita utilizada en el 11-M, en el intento de voladura de un tren AVE y en el suicidio colectivo de siete terroristas islamistas en un piso de Leganés (Madrid). Los detenidos son Raúl González Peláez, de 25 años, y Gonzalo López González, de 28, trabajadores de la mina Colladas y Anexas, sita en Arbodas, en el término municipal de Salas. Con estos son ocho los arrestados en Asturias esta semana por el robo de unos 200 kilos de dinamita Goma 2 Eco y de centenares de detonadores de aluminio y cobre para la masacre.

Las detenciones se ejecutaron a las 19.30 en la comarca de Tineo, según fuentes del Ministerio del Interior, una vez que se tomó declaración a algunos de los seis arrestados el miércoles y dieron los nombres de los dos picadores. Raúl González fue detenido en Piedralonga mientras que Gonzalo López lo fue en Mañores, ambas en la zona de Tineo.

Los arrestados fueron trasladados a medianoche desde el cuartel de la Guardia Civil de Tineo hacia la Dirección General del instituto armado, en Madrid, entre las protestas de familiares y amigos, informa Efe.

Ambos son picadores en la mina de montaña Colladas y Anexas, de la que los investigadores sabían que salió parte de los explosivos, ya que el resto había sido detraído del polvorín de la mina Conchita, de Belmonte de Miranda. Ambas explotaciones distan entre sí apenas cuatro kilómetros. En ellas trabajó el ex minero encarcelado por el 11-M, José Emilio Suárez Trashorras.

Las dos minas pertenecen a la empresa Caolines de Merillés, que mensualmente recibe unos 2.000 kilos de dinamita y 7.500 detonadores. La sustracción de la Goma 2 y los fulminantes no fue advertida por los responsables de la empresa, que por lo tanto no lo denunciaron, ni por la Guardia Civil, que tiene entre sus competencias el control de armas y explosivos en España.

Según los investigadores, uno de los detenidos el miércoles, Emilio Llano, habría alterado los libros de registro en los que se anota la cantidad de explosivo que entra en la mina y la cantidad que se consume. Dos arrestados, el citado Suárez Trashorras (confidente de un inspector jefe de la policía de Avilés sobre asuntos de drogas) y su cuñado, Antonio Toro Castro, participaron en varias reuniones con los terroristas en Madrid para cerrar el intercambio de drogas y dinero por explosivo.